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José R. Sánchez López
Arrecife
Sábado, 10 de febrero 2024, 23:50
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Desde inicios de 2023 se está negociando por el Cabildo la compra de dos inmuebles de alto valor patrimonial en Arrecife. Se espera que la adquisición se pueda completar a lo largo de 2024, con vistas a la puesta en marcha de un centro para usos vecinales, en el barrio de Valterra; y un nuevo centro museístico, según la consejera de Patrimonio, Ascensión Toledo.
En conjunto se mantiene la propuesta de sumar un desembolso de 3,2 millones de euros, a lo más. Para hacer frente a los pagos, al la empresa pública y a los titulares particulares implicados, se valora hacer uso del Fdcan y de parte del remanente de tesorería que el Cabildo atesora. No será necesaria tomar fondos directos del presupuesto insular de 2024, aprobado el viernes.
Para concretar las adquisiciones, según la versión de la consejera, en las últimas semanas «se ha dado un gran impulso»; aspecto que invita a colegir que podría ser viable la culminación de los procedimientos antes d que acabe el año. De ser así, durante 2025 se obraría para el acondicionamiento de los inmuebles. En principio, con fondos propios, si bien es cierto que el Gobierno de Canarias estaría dispuesto a colaborar, como pocos días atrás aseguró a CANARIAS7 la titular de Consejería de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, Migdalia Machín.
En el caso de la antigua sede de Correos, en la avenida, junto a la Casa de la Cultura Agustín de la Hoz, el desembolso estimado se eleva a cerca de 2,5 millones de euros. Este edificio lleva años cerrado y fuera de servicio en consecuencia, después de haber sido la referencia principal de la entidad postal durante décadas; una vez que se pudo completar la mudanza a las actuales dependencias en la calle Caldera de Taburiente. Con salida hacia la Plazuela, tiene varias alturas en un lugar privilegiado de la ciudad.
En cuanto a la Casa del Cabrerón, el pago se espera que pueda quedar marcado en una cota de entre 600.000 a 700.000 euros. La valía patrimonial de este edificio tiene que ver con el uso sanitario que tuvo en tiempos. Hace cerca de siglo y medio atrás sirvió como un pequeño hospital, el primero de esta condición en suelo lanzaroteño. También fue un inmueble con usos culturales en la pasada centuria. En la actualidad ofrece un estado de conservación deficiente, aspecto que ha hecho que sea incluido en la lista roja del colectivo de defensa del patrimonio Hispania Nostra.
Coincide en ambos expedientes que los edificios están en la actualidad ajenos a todo empleo de interés general, pese a que fueron concebidos para este fin.
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