Los palmeros, más fuertes que el volcán
La erupción y sus efectos ha provocado un río de empatía entre los ciudadanos de la isla que se ayudan para superar juntos los efectos de la tragedia
Daniel Gómez
Santa Cruz de La Palma
Lunes, 4 de octubre 2021, 11:46
Ser más fuertes que el volcán. Esa es la consigna que se repiten los habitantes y las instituciones de La Palma. A pesar de las de 470 hectáreas de terreno afectadas por la erupción, las más de 850 construcciones enterradas por el magna y los 6.000 evacuados; y a pesar del incesante ruido, de las nubes de ceniza y de las pérdidas materiales, el volcán no detiene la avalancha de solidaridad de los palmeros y las palmeras.
Un trabajador de Medio Ambiente que ha estado ayudando a las familias en las evacuaciones cuenta emocionado como, en medio de un desalojo, sin apenas tiempo para recoger enseres y ropa, las personas le dedican un segundo para ofrecerle algo de comer o de beber.
«Lo que estamos viendo es muy duro, pero también una auténtica lección de humanidad. Cuando realizamos una evacuación solo podemos darles 20 minutos a las familias para recoger su casa. Ellos entran temblando, angustiados, nerviosos, hacen la maleta con lo que pueden y antes de marcharse, te ofrecen una taza de café, una galleta, un trozo de chocolate», señala este trabajador del Servicio de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma, quien prefiere mantenerse en el anonimato. «Te he dado 20 minutos para recoger tu casa y aún así te das la vuelta y me ofreces algo», comenta, intentando encontrar una explicación a ese tipo de gestos.
El volcán ha supuesto un ejercicio de empatía colectiva para los habitantes de la isla. La mayoría de los palmeros tienen raíces humildes. Son personas que han dedicado gran parte de su vida al trabajo, a construir un futuro mejor para sus hijos, nietos y bisnietos, viendo reflejado ese esfuerzo en una vivienda que muchos construyeron con sus propias manos.
En La Palma, las casas son el símbolo de años de trabajo, amor por la familia y proyectos de futuro. De ahí que cualquiera de sus habitantes logre ponerse en el lugar de las personas afectadas, lo cual en parte explica la avalancha de solidaridad con la que se trata de contrarrestar al volcán.
Angus, profesora, está aprovechando que las clases se encuentran suspendidas en el Valle de Aridane para ejercer de voluntaria en el pabellón Severo Rodríguez de Los Llanos, que sirve como centro de abastecimiento para los afectados del municipio.
Angus lleva más de 10 días trabajando ahí. Fue testigo del caos de los primeros días y de su propia inexperiencia en una situación. «Al principio eran más las ganas de ayudar, que nuestra efectividad. Pero con el tiempo nos hemos organizado para dar soluciones reales a los afectados», explica.
Psicólogos y afectados
Ahora el pabellón es un auténtico centro logístico. Todas las donaciones recibidas están organizadas. Por un lado de la grada están los juguetes, por otro la ropa, en otra zona los libros, la comida para animales, los zapatos... Luego, en uno de los vomitorios, se encuentra el almacén de comida, que funciona como una especie de supermercado en el que los afectados pueden recoger lo que necesitan. Es en ese espacio donde trabaja Angus.
«En la zona de alimentación se ven las necesidades reales de la gente. Y no me refiero solo a la comida. Cuando llegan las personas te cuentan lo que quieren, lo que necesitan, se sienten avergonzados, aseguran que nunca se han visto en esa situación y poco a poco se empiezan a abrir. He visto a hombres como castillos derrumbarse ante mí. Y es en ese momento cuando te das cuenta que en vez de un cartón de leche, o una bolsa de lentejas, esas personas lo que necesitan es un abrazo, que les escuchen, que no se olviden de ellos. Eso es lo que más nos dicen: Que no se olviden de nosotros, por favor», comenta Angus.
En muchas ocasiones, los voluntarios son una vía de escape para quienes han perdido sus casas, o quienes lidian con la incertidumbre de si la lava habrá pasado o no por su vivienda. Pero para ello también hay profesionales que acuden a los pabellones o a las zonas de evacuación. Alrededor de 60 psicólogos ofrecen apoyo gratuito a través de los canales habilitados por el Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, mientras que más de 30 psicólogos trabajan sobre el terreno, acompañando y atendiendo a las personas evacuadas.
«Nosotros podemos apoyarlos con un abrazo, con una sonrisa, con un gesto, pero quienes de verdad ayudan a estas personas son los psicólogos que nos acompañan», apunta Angus.
Otros profesionales que se suman a colaborar son los especialistas en Derecho. Desde el Ilustre Colegio de Abogados de Santa Cruz de La Palma han creado un módulo específico de orientación y asesoramiento para emergencias y catástrofes. Es una iniciativa totalmente altruista y ha contado con apoyo de profesionales de toda España.
«Nuestro único fin es dar una respuesta jurídica óptima y eficaz a nuestros vecinos y vecinas. Queremos serles de utilidad. Las personas colegiadas y adscritas a dicho servicio orientarán y asesorarán profesionalmente a cualesquiera que requiera de una consulta técnica ante una situación totalmente anómala y acaecida como consecuencia de este desastre natural», señala el decano del Ilustre Colegio de Abogados, Juan Antonio Rodríguez, recordando algunas de las cuestiones jurídicas que ha dejado este volcán. ¿Cuál es el alcance de las pólizas? ¿Será necesario que las personas acrediten la titularidad de sus inmuebles? ¿Habrá expropiaciones en los terrenos donde corrió la lava?
Con el fin de dar respuesta a los afectados, al tiempo que se está lo más cerca posible de ellos, el Ilustre Colegio de Abogados de Santa Cruz de La Palma habilitará un espacio de coordinación y asesoramiento en Los Llanos, además de su propia sede en la capital de la isla. «La totalidad de la abogacía española ha venido a respaldar su creación y desde todos y cada uno de los 83 colegios existentes en nuestro país se han cursado peticiones de incorporación o de ayuda o apoyo técnico o logístico», apunta el decano. «Con todo esto ponemos de relieve nuestro total e incondicional apoyo a todas aquellas personas, familiares, amigas y allegadas que se encuentran sufriendo las consecuencias de esta catástrofe».
Necesidades básicas
Tales han sido las muestras de apoyo que el Cabildo de La Palma ha tenido que habilitar un punto logístico para canalizar las donaciones mayores. Este se ubica en el Centro Empresarial e Industrial de El Paso, en la antigua fábrica JTI. Vanessa Martín, coordinadora de este espacio, ha tenido varios días de ajetreo recibiendo camiones con comida, ropa, material de higiene, colchones, así como muebles y enseres de las familias desalojadas.
El pasado miércoles, Vanessa Martín estuvo organizando la llegada de varios camiones que, en apenas unas horas, convirtieron una de las inmensas naves de la antigua JTI en un laberinto de palés y cajas con donaciones. Junto a ella, estaba un grupo de voluntarios dispuestos a sumar su granito de arena.