Lo que sí hay en las diligencias incorporadas al procedimiento es el intercambio de mensajes de WhatsApp entre ambos en aquellas fechas. Así lo detalló este periódico la pasada semana, mientras que ayer domingo otros periódicos dieron una versión que no casa con la querella.
La relación entre el negocio de las mascarillas que nunca fueron entregadas y el intento de vender vacunas al SCS es simplemente la coincidencia en el tiempo.
Además, si Conrado Domínguez identificó a Samuel Machín como cómplice de una estafa con las vacunas, extraña que siguiera negociando con él la compra de mascarillas, sobre todo tras el fiasco del primer intento con las de la marca 3M. Ese cargamento llegó al aeropuerto de Gran Canaria, donde fue retenido por Aduanas tras comprobar que eran falsas.
El pretendido negocio de las vacunas iba a ser, según Machín, con la multinacional Santacatalina y con viales de Pfizer, todo ello cuando la compra de vacunas estaba centralizada a través del Ministerio de Sanidad.
El 23 de febrero de 2021, Samuel Machín le envía a Conrado Domínguez un mensaje en el que le dice: «Buenos días, míster, ¿qué tal estás? Míster, quiero pedirte disculpa por mi impaciencia con respecto a este tema de las vacunas. Las mascarillas siguen su curso de llegada para el viernes, a medida que vaya teniendo documentación que acredite la llegada a Las Palmas te la seguiré enviando (tanto a ti como a Ana). No ha sido mi intención agobiarte, simplemente aprovechar la oportunidad de las vacunas para nuestra comunidad, ya que tenemos un muy proveedor y muy buen precio. Te ruego lo tengas en cuenta una vez estén entregadas las mascarillas. Mil disculpas una vez más y que tengas buen día míster. Un abrazo».
En agosto de 2021, la Interpol alertó de al menos 40 intentos de estafas a gobiernos y otras administraciones regionales y locales con la venta de vacunas contra la covid-19.
En ese mes, Conrado Domínguez seguía en contacto con Samuel Machín para la fallida operación de las mascarillas. El 11 de agosto, Machín le escribe al director del SCS: «La mercancía sale mañana de Londres a Liverpool, llega el mismo día y el cargo (barco) tarda diez días hasta Las Palmas. Todo encaminado».
«Y qué cantidad, porque esa es la clave para cerrar esto», pregunta Conrado Domínguez, a lo que Machín contesta: «Lo que pactamos, míster, 1.200.000 mascarillas». «Ok», responde Domínguez.
Ese segundo intento de traer mascarillas, que tampoco se materializó, sí centra en gran medida la querella de la Fiscalía Anticorrupción. Para Javier Ródenas, es especialmente relevante, desde el punto de vista del trámite administrativo y también de las responsabilidades judiciales, que se 'reactivase' un contrato que se dio por extinguido, con el añadido de que se cambió el tipo de mascarillas y todo ello por el mismo montante, cuando el precio del material era diferente y, además, había bajado en el mercado internacional porque la presiónen los mercados en el verano de 2021 no era la misma que en mayo de 2020, cuando Domínguez traba el primer contacto con RR7 a través de su amigo Osvaldo Lastra y de Samuel Machín.
Además, el fiscal coteja los mensajes de WhatsApp entre Machín, Conrado Domínguez y Ana María Pérez sobre las condiciones de esa segunda oferta para traer otras mascarillas y las declaraciones de los dos directivos sanitarios y llega a la conclusión de que le mintieron sobre quién comandó la operación y, sobre todo, quién le dijo a Samuel Machín que tenían que alegar por escrito.
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