Inmigración: incompetencia u olvido
Editorial ·
No vale reproducir el debate en relación con la pandemia sobre qué administración es la que ha de tomar la iniciativa. En materia migratoria, la competencia es absolutamente estatalSábado, 29 de agosto 2020, 09:47
El mismo día en que las fuerzas y cuerpos de seguridad salían a la calle con la misión de garantizar en Gran Canaria que se cumplan los protocolos de distancia de social para frenar la expansión del coronavirus, efectivos de la Policía Nacional, la Guardia Civil y las policías locales de varios municipios tuvieron que centrarse en la llegada de casi una decena pateras a la isla, con un centenar de personas a bordo. El día antes había ocurrido otro tanto en Fuerteventura y Lanzarote. Yel anterior, y el otro, y el otro...
El delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, avanzó a comienzos de mes que habría un repunte en la llegada de inmigrantes irregulares. Acertó en su pronóstico, pero se equivocó en el tiempo: dijo que sería en el último trimestre del año y ya vemos que las mafias no esperan tanto. Su negocio se alimenta de mover a miles de personas que buscan una vida mejor y también de aprovecharse de la aparente inacción de las administraciones que deberían evitarlo. Y si esa inacción no es tal, habrá que hablar de fracaso en la gestión. Los datos hablan por sí solos: en lo que va de mes han llegado a las islas de manera irregular tantos inmigrantes como en los ocho primeros meses del año pasado.
Cuando Anselmo Pestana hizo aquella predicción, que seguramente estaba fundamentada en los informes que recibe el Gobierno de España de los países africanos y de sus servicios de información, dábamos por hecho que, además de prevenirnos, había elevado el informe pertinente al Ministerio del Interior para que se tomasen las medidas oportunas. Viendo lo ocurrido ayer en Gran Canaria, la conclusión no puede ser otra que la ya apuntada antes: o no lo hizo, o no le han hecho caso. Y cuesta decidir qué es peor.
Aquí no vale reproducir el debate que se ha abierto en relación con la pandemia sobre qué administración es la que ha de tomar la iniciativa. En materia migratoria, la competencia es absolutamente estatal, de manera que las miradas han de depositarse en el Gobierno central. A él le corresponde mover ficha para que se corte en origen la actividad de las mafias migratorias; a él le compete garantizar que las islas cuentan con un mecanismo de vigilancia de sus costas eficaz al cien por cien; y a él le corresponde que las personas que llegan -porque seguirán llegando, pero se trata de que sean las menos posible- cuenten con la debida atención y, sobre todo, que Canarias no se convierta en una especie de puerto de acogida permanente, pues pasan las semanas y los meses, no se tramitan las devoluciones y acaban en las calles.
Las imágenes de una patera llegando ayer a San Agustín (San Bartolomé de Tirajana) y sus ocupantes corriendo por la playa sin control alguno dieron la vuelta a España. El vídeo se viralizó y la secuencia fue reproducida en las principales cadenas de televisión. Ante esa estampa, es evidente que lo primero es el drama humano, pero en paralelo se difunde la imagen de un destino inseguro para residentes y visitantes. Imaginemos, en estos tiempos de pandemia, lo que puede pasar por la mente de los pocos turistas dispuestos a coger un avión y desplazarse a las islas cuando contemplan la secuencia.
Canarias ha demostrado su solidaridad y seguirá haciéndolo, pero esa solidaridad no puede servir de excusa para la incompetencia o para el olvido institucional. Y eso es lo que están demostrando el Gobierno central y su representación en las islas.