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Sábado, 26 de febrero 2022, 13:55
En una cota superior a la que se circula por la vieja GC-200, las obras de construcción de la nueva carretera entre El Risco y Agaete avanzan a buen ritmo. Tres túneles de los ocho del trazado están calados, se excavan otros tres y se emboquilla uno de los dos que faltan. A la vez se revisten por dentro los ya calados, se levantan muros de contención, se canalizan barrancos.... Cientos de trabajadores se afanan en los distintos tajos que se acometen al mismo tiempo. Lo hacen de sol a sol al aire libre y las 24 horas del día en los tramos subterráneos.
El trajín de maquinaria pesada en la segunda fase de la nueva carretera de La Aldea es constante. Hormigoneras, camiones, perforadoras, machacadoras, gunitadoras, retroexcavadoras, grúas, apisonadoras, cubas y otros vehículos se alimentan, se suceden y se complementan sin descanso mientras el artificiero distribuye detonadores y explosivos y un sismógrafo registra las vibraciones de los explosiones en la carretera actual.
El doble túnel de Faneque, la alternativa al peligroso paso por ese risco a través de la carretera actual, está calado desde mediados de diciembre y en su interior se trabaja a destajo en el revestimiento. Varias capas de hormigón sellarán los huecos abiertos en el basalto que predomina en estas montañas. Una de esas capas pulverizadas sobre las paredes evitaría que se resquebrajen el techo y las paredes en caso de incendio.
El consejero de Obras Públicas del Gobierno de Canarias, Sebastián Franquis, sitúa a finales de este año la entrada en servicio de ese único doble túnel del trazado, momento a partir del cual desaparecerá la posibilidad, tantas veces repetida, de que la principal vía de acceso a La Aldea se cierre por desprendimientos sobre la calzada. El vértigo de circular por ese acantilado sería algo del pasado. Tener que dar la vuelta a la isla para ir de La Aldea a Agaete, o viceversa, también desaparecería.
El ritmo de ejecución de los trabajos en el interior de ese tramo subterráneo de 2.100 metros de longitud, que alcanza los 400 metros de profundidad sobre el macizo, permite cumplir ese plazo, explica Franquis sobre la evolución de una obra programada para abrirse en dos fases, primero el tramo de Faneque y luego el resto del trazado.
No obstante, para poner en servicio los túneles de Faneque se necesita aprobar primero un modificado del contrato en ejecución desde octubre de 2019 que afecta tanto al viaducto de El Risco como al enlace entre la nueva calzada y la actual en ese punto de la GC-200. Sin conexión con la carretera vieja no hay modo de abrirlos al tráfico.
Franquis señala que la aprobación de ese modificado, que obligará a nuevas expropiaciones de suelo, espera ahora por el visto bueno del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo sobre posibles afecciones a bienes arqueológicos.
Mientras tanto, para ganar tiempo la adjudicataria prepara sobre el terreno del que ya dispone los materiales precisos para construir el enlace entre los túneles y la sucesión de curvas de la GC-200 desde que el modificado se apruebe.
El doble túnel de Faneque, dotado de cinco accesos a una galería peatonal paralela, uno cada 400 metros, entrará antes en servicio para los vehículos y la maquinaria de la obra.
Dentro de no más de dos meses, desvela el consejero de Obras Públicas, los atravesarán a diario para moverse por el nuevo trazado rectilíneo sin tener que bajar a la cota de la GC-200.
Eso reducirá el tráfico pesado en la carretera vieja, por la que a diario circulan decenas de hormigoneras procedentes de las plantas de Gáldar y de La Aldea que abastecen a los diversos tajos de una obra complicada por la orografía.
También está pendiente de modificado, aunque con menos urgencia que para abrir los túneles de Faneque, la conexión final de la nueva carretera con Agaete, prevista entre el puerto y el casco urbano, en cuyo diseño trabaja la Consejería.
También lo hace, por cierto, en la creación de un tercer carril de circulación en la GC-2 entre Gáldar y Agaete, donde la autovía del Norte sufre un estrechamiento de la calzada.
En un caso y en otro el objetivo de la Consejería de Obras Públicas es evitar que el tráfico se convierta en una barrera entre Las Nieves y el centro urbano de la villa marinera, comenta Sebastián Franquis.
En principio, la conexión con Agaete no será en forma de enlace y se rodará hacia el interior en relación a la actual rotonda de salida de Agaete hacia el municipio de La Aldea.
Con un presupuesto adjudicado de 153 millones de euros, de los que 100 se invertirán en los ocho túneles, la finalización de la obra está programada para febrero de 2025, a los 65 meses de su comienzo.
Franquis indica que de momento ya está ejecutado el 30% del proyecto, en lo que se llevan gastados 46 millones de euros, a una media de 30 anuales, detalla el consejero.
La segunda fase de la carretera de La Aldea reducirá el tiempo de conexión con el municipio de Agaete en tres cuartas partes, pudiendo llegar en sólo seis minutos de un punto a otro, cuando ahora se tardan unos 21 minutos en ir de El Risco a la villa marinera.
La primera fase de la nueva carretera, los siete kilómetros de la GC-2 entre La Aldea y El Risco abiertos a la circulación en abril de 2017, ya redujo de 20 a 5 minutos el tiempo que se tardaba en hacer ese recorrido a través de la GC-200.
La futura calzada será una vía rápida con una velocidad específica de 80 kilómetros por hora en la que se circulará bajo tierra durante 7,2 kilómetros de los 8,5 del tramo.
Los dos viaductos incluidos en el proyecto no han empezado a levantarse, siendo el de El Risco, con 520 metros de longitud y tres carriles, el más complicado. En este caso se ve afectado por el primer modificado del proyecto en trámites. El otro puente del trazado salvará el paso por el barranco de La Palma.
En la construcción de El Risco-Agaete se estrenó en España el uso de un nuevo tipo de explosivos, una emulsión en base a nitrato amónico, sensibilizada en el lugar en que se va a explotar, que reduce de 500 a tres los kilos de explosivo en sí que se usan en cada una (0,5%). El 99,5% son ingredientes no explosivos hasta su mezcla. Para la perforación de los ocho túneles están previstas 2.000 voladuras de 500 kilos de esa mezcla
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