Imagen de la parada de guagua del Cruce de Melenara al borde de la GC-1. / Juan carlos alonso

Una parada de guaguas con riesgo de muerte

Muchas personas arriesgan su vida a diario cruzando una vía de cuatro carriles para atajar hasta el punto de recogida del transporte público. Todo, para ahorrarse dos minutos andando

Juan Pérez Benítez
JUAN PÉREZ BENÍTEZ Telde

Cientos de personas aceptan una invitación al riesgo cada semana para coger una simple guagua en Telde. Muchos son los atrevidos que ponen en peligro su vida cruzando la carretera de cuatro carriles que se ubica sobre el puente que une la rotonda del Juego del Palo, en El Calero, con la glorieta Juan Rodríguez Betancor, en el Cruce de Melenara. Un precio demasiado caro si se tiene en cuenta que la mayor recompensa que se puede obtener de esta temeraria acción es ahorrarse poco más de dos minutos andando para llegar hasta la parada de guaguas instalada al borde de la autopista GC-1 en dirección Las Palmas de Gran Canaria.

Una ciudadana se arriesga cruzando los cuatro carriles de esta vía para atajar hasta la parada de guagua. / juan carlos alonso

En este lugar, donde una gran cantidad de peatones se saltan las normas viales para ganarle tiempo al reloj, no existe ningún paso de cebra. Y es que al otro lado, una vez se logra sortear a los vehículos sin ser atropellado, tampoco hay acera. Algunos usuarios optan por seguir caminando a través del estrecho arcén de la vía hasta llegar al punto de recogida del transporte público, mientras que otros prefieren meterse en un parterre, que tampoco está habilitado para el paso de transeúntes.

Este problema existe desde 2015, cuando el Cabildo de Gran Canaria decidió adelantar la ubicación de la parada 200 metros más adelante después de que se produjese un accidente mortal que se llevó la vida de una persona que estaba esperando en el antiguo punto de recogida.

Desde entonces, la Plataforma SOS GC-1 a su paso por Telde, creada para reivindicar y dar alternativas viables a los problemas que rodean a esta carretera, no ha parado de hacerse oír para solicitar a las instituciones que se vuelva a reubicar este punto de recogida y dejada de ciudadanos en un lugar más seguro. Dicha propuesta, según expone Gloria Cabrera, miembro de la plataforma y presidenta de la Asociación Vecinal Bentagache de El Calero Bajo, contempla trasladar la parada al ramal de acceso al Cruce desde la GC-1, a la orilla anterior a la rotonda Juan Rodríguez Betancor , donde existen unos pocos aparcamientos colocados en batería , justo delante de una pequeña zona comercial.

«Llevamos reivindicando acciones en este sentido desde el mandato anterior. La consejera de Transporte de ese momento, María del Carmen Rosario, accedió a tomar cartas en el asunto, pero el responsable actual, Miguel Ángel Pérez, no ha hecho nada en cuatro años para ponerle solución a este tema», reclama Cabrera, quien también es consejera de la oposición por Coalición Canaria .

«¿Están esperando que vuelva a suceder una desgracia para actuar?», pregunta. «Tan solo estamos solicitando que se apliquen los mismos criterios que existen en la parada de guagua de la GC-1 a su paso por Ojos de Garza, donde el chófer tiene que desviarse levemente de la autopista para subir hasta la rotonda, recoger a los pasajeros y volver a bajar», argumenta.

Un peatón cruza por donde no debe en la glorieta Juan Rodríguez Betancor. / juan carlos alonso

El problema se acentúa

Además, Cabrera insiste en que el problema se ha acentuado en los últimos años, específicamente desde que se pusieron en marcha las obras de los supermercados y la nueva gasolinera del Cruce de Melenara. «Ahora, aunque los usuarios hagan de manera correcta el recorrido y bajen y rodeen la glorieta del Cruce, hay un tramo junto a la nueva gasolinera en la que han quitado la acera», explica.

Pensando por los PMR y personas mayores

Otra de las propuestas promovidas por esta plataforma es la posibilidad de hacer que se instale una parada en la rotonda de El Calero para facilitar a las personas mayores o de movilidad reducida de este barrio a coger una guagua que les lleve al hospital o a la capital. Por ahora estas iniciativas tendrán que seguir esperando. «No nos han hecho caso en cuatro años, tampoco lo van a hacer en tres meses de mandato que quedan. Lo volveremos a intentar cuando haya un nuevo gobierno», implora Cabrera.