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El Cabildo y el Ayuntamiento de Telde han decidido ir de la mano para poner fin a una historia de desidia en la ciudad: la presencia desde hace más de 12 años de una torreta eléctrica que obstaculiza uno de los carriles del viaducto de San José de Las Longueras, que comunica la GC-41 con la red arterial de San Gregorio. En concreto, bloquea el paso en uno de los dos carriles habilitados en sentido San Gregorio-Las Longueras.
Los nuevos equipos al frente de la institución municipal y de la consejería insular de Obras Públicas se pondrán a la tarea para firmar un nuevo convenio de colaboración que permita ejecutar las obras. Telde se encargará de expropiar los terrenos y el Cabildo asumirá el coste y la ejecución del traslado de la estructura.
El alcalde de Telde, Juan Antonio Peña y el consejero insular de Obras, Augusto Hidalgo, giraron este martes una visita al viaducto. Les acompañaron los ediles de Urbanismo, Juan Francisco Jiménez; Contratación, Sergio Ramos; y Vías y Obras, Iván Sánchez, además de los tenientes de alcalde Juan Martel y Juan Francisco Artiles.
El puente que salva el cauce del barranco de los Ríos y une el centro urbano de la ciudad con la carretera que lleva de Telde a Valsequillo está abierto a la circulación desde 2011, aunque entonces solo lo hizo parcialmente. Tras cuatro largos años de obras frente a los 8 meses inicialmente previstos, nadie se dio cuenta de que en medio del viaducto había plantada una torreta de luz, por lo que los dos carriles del sentido casco-Las Longueras quedaron cerrados al tráfico.
El Ayuntamiento prometió entonces agilizar los trámites para expropiar los suelos necesarios para el traslado de esa estructura, pero pasaron cuatro años sin que se resolviera el expediente. El Cabildo le entregó la obra a Telde en 2013 y el Ayuntamiento dio por caducado el expediente de la expropiación en 2015, justo cuando la institución insular cerró los ojos y abrió al menos el único de los dos carriles del sentido casco-Las Longueras que no estaba afectado por la torreta eléctrica.
De los 6 millones de euros que costó el viaducto, había consignados 77.000 euros para trasladar esa estructura metálica. Ahora, advirtió este martes Hidalgo, más de 12 años después, saldrá más caro; puede que ronde los 150.000. Por los datos que maneja el Ayuntamiento, hay que hacer dos tipos de expropiaciones. Una de carácter temporal, de unos 1.956 metros cuadrados, que es la superficie que hay que ocupar para trasladar la torre metálica. Y otra definitiva, de apenas 121 metros cuadrados, que es la parcela en la que se reubicará la torreta y su cimentación. Afectará a cuatro propietarios.
El Ayuntamiento confirmó que este martes mismo Urbanismo daba inicio a un nuevo expediente de expropiación. Peña subrayó que se trata de una «reclamación histórica» de la ciudad y una de las principales demandas que le han hecho llegar los ciudadanos. Para Hidalgo, la situación a la que se había dado lugar por no haber rematado la obra no dejaba de ser «burda».
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