San Bartolomé de Tirajana busca fondos para rehabilitar el poblado de San Fernando
Los proyectos requieren de una inversión de 8,3 millones para la que el consistorio pide la colaboración del Gobierno y del Cabildo
El Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana recaba apoyos de otras administraciones públicas para poder ejecutar la rehabilitación integral del poblado de San Fernando, el núcleo fundacional de la zona costera del municipio, que en 2021 cumplió 60 años.
El primer teniente de alcalde, Alejandro Marichal, informa de que la corporación ha solicitado la colaboración, formalmente y por escrito, tanto del Gobierno de Canarias como del Cabildo. Y este martes, sin más lejos, tuvo la oportunidad de comunicárselo personalmente a la consejera regional de Turismo, Jéssica de León, durante la reunión que mantuvieron en el Parlamento canario.
La inversión que requieren los dos proyectos previstos asciende a 8,3 millones de euros (8.357.066), de los que 6,1 millones (6.112.195) se destinarían a obras de urbanización y mejora del poblado, y el resto, 2,2 millones (2.244.870), a la red subterránea de telecomunicaciones y servicios sociales.
La propuesta inicial data de 2023, pero no se pudo ejecutar y ahora la trata de retomar el actual gobierno, pero con una necesaria actualización de los precios, que se han incrementado en un 20%. El proyecto, se subraya en la memoria entregada a las administraciones a las que se les ha pedido ayuda, no solo mejorará la funcionalidad y la seguridad del poblado, sino que también pondrá en valor su patrimonio histórico y arquitectónico, fruto de un diseño del muy reconocido Manuel de la Peña.
El Ayuntamiento explica que la ejecución de estos proyectos está pendiente debido a la falta de dotación presupuestaria, que es lo que ha impedido iniciar las obras. Y es que, de contar con el dinero, aclaran desde el gobierno local, podrían comenzar de forma inmediata porque la documentación técnica está «totalmente preparada y lista para su licitación y posterior ejecución»
La propuesta incluye la rehabilitación y actualización del espacio público mediante la creación de una plataforma única peatonal accesible, la reordenación de las circulaciones rodadas, el soterramiento de las redes de telecomunicaciones y electricidad, la mejora del alumbrado, la reposición y gestión de la vegetación histórica, la incorporación de señalética interpretativa y la dotación de nuevo mobiliario urbano y equipamientos con criterios contemporáneos y sostenibles.
Las actuaciones previstas, según se recogen en la memoria, mejoran la calidad de vida de sus actuales habitantes. «La integración de iluminación pública, videovigilancia y puntos de recarga para vehículos eléctricos, junto con el ajardinamiento y la ordenación urbana, aseguran que la intervención no solo sea patrimonial, sino también sostenible y adaptada a las necesidades contemporáneas de la comunidad residente».