Pintor y muralista de la patria canaria

José Luis Artiles (Agüimes, 1944), conocido en el mundo del arte como Artill, comenzó siendo aún un niño su aprendizaje. «Tenía solo catorce años cuando empece y fui becado en tiempos en los que era difícil ser artista».

Estuvo en las escuelas Lasalianas, en la Academia Luján Pérez y en Madrid, pero muy pronto se dio cuenta que lo que le estaban enseñando «ya estaba dentro de mi». Es así como crea su propio estilo, plasmando su sello inconfundible en todas sus obras, lo cual le ha valido el reconocimiento a nivel nacional e internacional, aunque con el que más se siente a gusto «es con el del pueblo cuando admira mis trabajos». «La gente pregunta porqué no hago exposiciones, y yo contesto que mis exposiciones son los murales en calles y paseos de las islas», afirma.

Una representación de sus obras más destacadas, en sentido tributo a un artista singular y a toda una vida dedicada a la pintura, ha sido publicada en el calendario de este año por el Consejo Insular de Aguas y el Cabildo de Gran Canaria, repitiendo lo que hizo hace veintidós años.

Artill trabaja actualmente en un cuadro al óleo encargado por el Obispado de Canarias, para ser instalado en el altar mayor de la iglesia del Cruce de Arinaga, con motivo de sus cincuenta años de existencia, y que será inaugurado el próximo 1 de mayo, festividad de su patrono, San José Obrero.

Muestra del quehacer incesante del artista son sus más de 40 obras ubicadas en parques, iglesias y cementerios del Sureste, que unidas al resto esparcidas dentro y fuera de Canarias, conforman una exposición permanente que enriquecen el patrimonio artístico y cultural de los pueblos. «Ningún otro pintor ha reflejado tan claramente las costumbres, mar, cumbre, flora y fauna de nuestra patria canaria», decía el escritor Francisco Tarajano.

Artill, considerado el muralista más importante de Canarias, también ha impartido conocimientos artísticos durante una docena de años en escuelas de Ingenio y Agüimes y en San Fernando de Maspalomas, donde su huella y obra es insuperable.