Pino y Ariadna colocan dos décimos del Gordo en Arucas
El bazar de la plaza de La Constitución, en el casco viejo, repartió 800.000 euros a dos personas anónimas. Lo regentan madre e hija
Aunque solo vendió dos décimos del Gordo de la lotería de Navidad, Pino Ferrera, la administradora del estanco de la plaza de la Constitución de Arucas, se declaraba ayer «emocionada». El número 05490 dejó 800.000 euros entre dos de sus clientes, ambas personas desconocidas.
Publicidad
Cuando los niños de San Ildefonso Alonso Dávalos y Ángel Abaga cantaron el primer premio del sorteo extraordinario, a las 10.21 horas en el segundo alambre de la tabla quinta, a Pino Ferrera le sonó el número, pero no recordaba si era porque lo tuvo expuesto en las ventanillas de la tienda o por haberlo despachado a través de la máquina.
Minutos más tarde no sabía responder a los periodistas cuántos décimos había vendido del gordo, no recordaba si los había colocado a clientes fijos u ocasionales ni ninguno de los afortunados le había dado las gracias por vendérselo.
Por eso esperaba, impaciente, a que los responsables de Loterías se acercasen al establecimiento del casco histórico de la Ciudad de Las Flores a entregarle los carteles que dejarán inmortalizado el hecho, las camisetas blancas con la leyenda del premio y a notificarle el número de décimos que había vendido en la administración que regenta desde el año 2013.
Junto a su hija Ariadna Medina Ferrera y rodeada de trabajadores de los negocios aledaños, y de clientes habituales y rascados, Pino apenas atinaba a declarar que no terminaba de creerse que la suerte fuese tan asidua a su pequeño negocio.
Publicidad
Tres premios en cinco años
No es la primera vez que el local que regenta junto al antiguo Ayuntamiento de Arucas coloca el Gordo de la lotería de Navidad. Lo ha hecho dos veces en los últimos cinco años. La primera fue en el sorteo de 2018, cuando vendió más décimos. Aún así, ayer se declaraba «más emocionada que la primera vez».
No queda ahí la cosa porque en su tienda también cayó el cuarto premio del sorteo de Navidad de 2021. Tres premios de relumbrón en un lustro.
Llegaron los hombres de Loterías, trajeron los carteles y las camisetas, confirmaron los décimos del Gordo vendidos y se marcharon discretamente en el momento en el que aparecieron el champán y las copas. Pino confirmaba entonces que eran solo dos los décimos del Gordo que colocó en la calle, ambos a través de la máquina del establecimiento, sin que hubiera perdido ni un ápice del entusiasmo que exhalaba.
Publicidad
Certificadas las cifras, sonreía a las cámaras de televisión que entraban en directo, respondía con alegría a los locutores de radio que le colocaban los pinganillos y atendía con una sonrisa espléndida a los periodistas que, bolígrafo en mano, apuntaban sus respuestas.
Acabadas las entrevistas y preguntas, su hija Ariadna pedía ayuda vecinal para descorchar la primera botella de champán, con la que regó a los fotógrafos y a los curiosos, que se acercaron a ver a qué se debía tanta algarabía en el corazón de la ciudad norteña. Brindaron luego todos con copas de plástico.
Publicidad
Ariadna cogió enseguida la maña al asunto y descorchó la segunda botella de champán después de agitarla bien, pero esta vez no consiguió que el chorro de felicidad se extendiera como en la primera ocasión.
Y vuelta al trabajo
Poco a poco los focos mediáticos se fueron apagando, los periodistas se fueron marchando, los curiosos perdieron interés y madre e hija volvieron al interior de la administración de lotería satisfechas de haber hecho felices a dos personas anónimas a las que no saben si conocen.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión