Llevan 39 migrantes más a Tunte y vuelven las protestas vecinales
El miércoles alojaron a 27 y este jueves ya habían pasado a ser 66. Los vecinos volvieron a quejarse por la falta de información. Un vecino acabó detenido
Gaumet Florido
Tunte
Jueves, 6 de agosto 2020
La Delegación del Gobierno volvió ayer a trasladar migrantes, otros 39, al Aula de la Naturaleza de Tunte, y los vecinos volvieron a protestar. Esta vez no se repitieron los incidentes del miércoles, cuando el pueblo montó barricadas para impedir que llegaran a su destino los primeros 27 realojados en Tunte y que llevaban varios días en el muelle de Arguineguín, pero sí fueron recibidos por un pequeño grupo de vecinos que no terminaba de creerse que otra vez el Estado actuaba sin informarles antes. Los migrantes llegaron en guagua y escoltados sobre las tres de la tarde. Subieron por la carretera de Agüimes. No dio tiempo apenas a que los residentes se movilizasen. Solo fueron unos pocos. Uno de ellos, Manolo Cabrera, acudió a interesarse por este nuevo traslado y acabó detenido. Los vecinos denuncian, además, que un agente le empujó. Retuvieron también a su mujer, pero la soltaron al rato.
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El ambiente vuelve a cargarse en Tunte. Ismael Guerra, que ha ejercido estos días de portavoz de los vecinos, insistía ayer en la idea de que el pueblo se siente engañado. «Nos dijeron que solo traerían a 27 y que ninguno había dado positivo en covid, eso nos había dejado más tranquilos, pero después de esta última acción ya no nos creemos nada». Anunció que iniciarán una campaña de recogida de firmas para solicitar al Ayuntamiento que convoque un pleno extraordinario para protestar de forma oficial contra la Delegación del Gobierno y contra el Gobierno de Canarias.
El Guerra de ayer por la tarde, enfadado, era otro muy distinto al de por la mañana, cuando felicitaba a sus vecinos. «Gracias al pueblo, a las redes sociales y al apoyo político puntual del alcalde de turno conseguimos que nos subieran a 27 inmigrantes que han dado negativo y que harán la cuarentena en Tunte con vigilancia policial las 24 horas».
Su pelea, insistía, no tenía nada que ver con que fueran migrantes, sino con que podían portar el virus. Trece de los compañeros de este grupo habían dado positivo y la primera información que les llegó, siempre extraoficial, es que la Delegación del Gobierno quería hacer del Aula de la Naturaleza un centro de recuperación de la covid para migrantes, «al lado de un colegio público y de una urbanización, la de San Antonio, en un sitio que no reúne medidas sanitarias», se quejaba.
Por eso, tanto él como el alcalde accidental, Alejandro Marichal, subrayaban ayer que el pueblo de Tunte no es racista. Y ponían como prueba lo bien que se habían integrado hasta el mismo miércoles los 90 o 100 menores migrantes que llevaban en el pueblo desde septiembre de 2019. «Lo que nos da mucho miedo es el covid», apuntaba otra vecina, Chary Sánchez. La media de edad en Tunte es muy alta y la población es de riesgo. A los menores se los llevaron el miércoles por la mañana. «Nos manifestamos por nuestra seguridad y salud y por la de los migrantes, este centro no es apto para enfermos de covid; racismo es permitir que esta gente estuviera cuatro días tirada bajo dos carpas en Arguineguín; racismo es intentar meter a personas contagiadas en un aula de la naturaleza», repetía Guerra.
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Marichal puso el foco en la falta de información, que se volvió a repetir ayer cuando se enteró por personas del operativo de traslado, y no por la Delegación del Gobierno, del traslado de otros 39. Ahora ya suman 66. Por eso, el Ayuntamiento insistió ayer en reclamar a Anselmo Pestana un canal de comunicación único y claro con el consistorio y a que informara a los vecinos. Además, de forma oficial, le solicitó por escrito que garantizara la custodia policial mientras durase la cuarentena para evitar posibles fugas que solo contribuirían a generar más alarma social.
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