«Me tiró de espaldas contra el suelo de tierra y me violó», declaró la víctima

La joven que denunció haber sido agredida sexualmente durante los carnavales de Carrizal en 2019, declaró ayer ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas que «se fiaba» del acusado porque era «amigo de mis amigas» y que tras irse con él «a hablar», nunca imaginó lo que iba a ocurrir: «Me tiró de espaldas contra el suelo de tierra y me violó», declaró.

Este teldense se enfrenta a 14 años de cárcel y el pago de 10.000 euros de indemnización, según el fiscal Miguel Portell por un presunto delito de agresión sexual con acceso carnal.

La víctima manifestó a la Sala que había ido con sus amigas a los carnavales y tras la cabalgata, se dirigieron a la verbena y fue en ese lugar donde conoció al acusado: «Bebimos alcohol y después de la cabalgata fuimos a la plaza. Me lo presentaron y él me pidió una papa que estaba comiendo y le dije que no. Me empezó a mirar mal y nos reímos de su enfado», comenzó su relato. Negó posteriormente que había dicho «que le gustaba», aunque admitió que «nos fuimos a hablar fuera de la plaza y salimos de manos. Yo no sabía de sus intenciones y solo conocía las mías y eran solo ir a hablar. Nos fuimos fuera por el ruido que hacía en la plaza y salimos de la mano porque había mucha gente», detalló. La denunciante admitió además que «estaba en estado de embriaguez» y que había bebido durante toda la tarde pero exclamó que «sabía lo que hacía».

«Cuando llegamos al barranquillo, me invitó a sentarme encima de él y le dije que no, que solo quería hablar. Él iba delante y fue quien me llevó al barranco y hasta me llegué a quejar de lo rápido que iba y por eso le dije que me iba a matar. Cuando estábamos ahí, me tiró de espaldas contra el suelo de tierra y me violó. Yo en ningún momento lo consentí ni me mostré activa para tener contacto sexual con el acusado. Me quedé en estado de shock durante todo el acto y solo reaccioné cuando noté que eyaculó en mi espalda», añadió.

Por su parte, el acusado manifestó que conoció a la chica por «amigas comunes» cuando estaban comiéndose un cono de papas y que él empezó a «bromear con ella como que le iba a quitar una», pero siempre en «clave simpática». Que entonces le dijo que «si quería dar una vuelta y se fueron al fondo del barranco», donde se besaron y él le preguntó que si lo hacían, a lo que la víctima manifestó que sí.

Entonces, añadió el acusado, le dijo que no tenía condón y ella le respondió que «tranquilo que ella tenía», se metió mano a la riñonera y le dio uno. Acto seguido se quitó los pantalones para ponerse el condón y ella sola se quitó también la parte de abajo de la ropa y «empezamos a hacerlo y ella incluso quiso cambiar de postura» hasta que eyaculó en su espalda. Por último, declaró que al acabar, «ella empezó a gritar como una loca, insultándolo que si era un maltratador y un violador», por lo que se fue con sus amigos y «la dejó allí». El caso quedó visto para sentencia.