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En la imagen, el acusado durante su declaración ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. F. J. FAJARDO

«No opuse resistencia pero le dije que no», dice

La víctima declara que el acusado la obligó a hacerle una felación a la salida de una discoteca, mientras éste insiste en que fue sexo consentido

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 1 de diciembre 2020

Una joven que denunció a un chico por haber -presuntamente- abusado de ella a la salida de una discoteca de la capital grancanaria, declaró ayer en el juicio que a él no le tocó voluntariamente sus genitales, «sino que cogió mi mano y me la puso en su pantalón. No le masturbé ni le hice una felación voluntaria. No le dije que sí cuando ocurrió todo y admito que no opuse resistencia, pero verbalmente le dije que no», explicó a la Sala.

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En este procedimiento, el Ministerio Fiscal interesa una condena para el acusado, Edgar B.R., de nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual perpetrado el 6 de diciembre de 2018. Por su parte, el acusado negó ayer tajantemente que el contacto sexual mantenido con la denunciante hubiese sido en contra de su voluntad sino todo lo contrario. Detalló que fue la chica la que le dijo de salir de la discoteca después de haberse conocido, la que lo besó e inició los tocamientos e incluso la que le practicó una felación para sorpresa suya, por lo que su defensa interesó la libre absolución.

LA PETICIÓN QUE FORMULAN LAS PARTES

  • 9 Se enfrenta a nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual.

  • años de cárcel. Se enfrenta a nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual.

  • 9 de prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia no inferior a 500 metros así como comunicarse con ella.

  • años de prohibición de aproximarse a la víctima a una distancia no inferior a 500 metros así como comunicarse con ella.

  • 40.000 La fiscal pide una indemnización a la víctima por los daños morales ocasionados.

  • euros. La fiscal pide una indemnización a la víctima por los daños morales ocasionados.

  • Libre absolución. Su defensa pide una sentencia absolutoria al entender que no cometió delito.

En la vista oral, la joven que tenía 19 años en el momento de los presuntos hechos, declaró que había ido «de fiesta» con unas amigas a la discoteca Urban, de la capital grancanaria, y allí conocieron a un grupo de chicos entre los cuales estaba el acusado. Empezaron a bailar y, según su testimonio, el encausado le dijo de salir fuera: «Le dije que no podía porque no tenía mis cosas conmigo ya que las dejé en el bolso de una amiga, pero aún así salimos a calle», narró.

Una vez fuera «le dije que tenía que entrar porque no tenía el móvil ni la cartera y él me dijo que iban a ser dos minutos nada más» declaró la joven, que había llegado a Gran Canaria desde otra isla desde hacía poco tiempo para estudiar, por lo que no conocía bien la ciudad aún. «Empezamos a caminar y le pedí que me llevara de vuelta porque estaba nerviosilla, pero me senté en la acera y él se puso a mi lado y empezó a llevar mi mano sobre su pantalón. Antes me había besado y es cierto que le seguí el beso de forma voluntaria. Le dije que estaba loco y como que no... y que me llevase de vuelta a la discoteca», manifestó. En ese momento, reconoció que pasó un grupo de personas a su lado pero «no se me ocurrió pedir auxilio o gritar», manifestó.

Por ese motivo y como había gente, el acusado se la «llevó a otro lado y cruzamos la calle y al llegar me volví a sentar, agaché la cabeza y con el pelo no veía. No vi cuando él se bajó el pantalón y me recogió el pelo y me dirigió la boca hacia sus genitales», detalló. «En ese momento no reaccioné, empecé luego a asustarme y simulé que tenía una arcada y fue cuando me soltó. También mientras estábamos sentados, no me acuerdo en qué momento fue, pero empezó a tocarme dentro de la falda y cuando simulé las arcadas me levantó y arregló para llevarme de nuevo a la discoteca», dijo.

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«Estaba nerviosa, me estaba agobiando y me quería ir y por eso empecé con las arcadas para evitar que siguiera con lo que me estaba haciendo. Las arcadas las simulé en un momento, fue todo rápido y no me percaté si el eyaculó, no tengo conciencia de eso», añadió la víctima.

Mientras iba a la discoteca y a preguntas de la defensa, reconoció que le dio al acusado sus redes sociales para que la siguiera en Instagram: «En ese momento estaba en shock, no sabía que estaba pasando y sólo quería irme. No se por qué le di mi contacto», señaló cabizbaja.

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Al llegar al local se encontró con sus amigas y recordó «decirles a ellas que me llevaran a casa», para luego denunciar los hechos al día siguiente.

Lo niega de forma tajante

Por su parte, el acusado negó haber forzado a la víctima a practicarle una felación y quiso aclarar que el contacto sexual se produjo de forma consentida por ambos: «Para nada la forcé en ningún momento. Nos conocimos en la discoteca y tras bailar varias canciones, le dije si le apetecía salir fuera. Ella se fue primero y caminamos hacia la calle de atrás. Se sentó en la acera y comenzamos a hablar», empezó a narrar.

«Ella tomó la iniciativa de besarme, colocó su mano en mis genitales y empezamos a masturbarnos mútuamente. Luego, a los minutos, empezó a hacerme una felación hasta que llegó gente y le dije de parar e irnos a otro sitio más íntimo», declaró. Se fueron a otra calle y el encausado explicó que empezaron de nuevo «a besarnos y tocarnos hasta que terminé y eyaculé entre mi pantalón y el suelo».

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A continuación, el joven detalló que «le dije que me diera el teléfono y me respondió que no se lo sabía, pero que me agregaba a su Instagram, por lo que cogió mi teléfono y fue ella misma la que puso su perfil. Luego, empezó a sentirse mal y la agarré de la cabeza para ir a la discoteca en busca de sus amigas», añadió.

La dejó con «sus amigas y me fui dentro y al salir al rato, vi mucha gente con ella y sus amigas y me empezaron a rodear, me empujaron e insultaron llamándome hijo de puta, cerdo de mierda y violador y no sabía por qué era. Fue así, digo la verdad», expuso el acusado.

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En esta vista declararon varios testigos y peritos que determinaron que la víctima no advertía indicios de que estuviera distorsionando el relato de los hechos.

Este juicio ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas quedó visto para sentencia.

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