La Sala visionó el vídeo de esta prueba de cargo y en el mismo se escuchó como la víctima detalló que el acusado le había pegado puñetazos en la barriga, tirado de los pelos, y penetrado el ano con su pene, unos hechos que el luchador negó en todo momento, sosteniendo que el menor había sido inducido por su padre biológico a manifestar tales actos.
Según la fiscal Cristina Coterón, aproximadamente desde el mes de agosto de 2018, el procesado comenzó una relación sentimental con convivencia con la madre del menor en la capital grancanaria. En este domicilio vivía y pernoctaba el menor de cuatro años de edad, quien compartía la custodia con su padre biológico.
En fecha no determinada y en todo caso antes del día de Navidad de 2018, el procesado cogió, según la fiscal, por el pelo al niño, le hizo acompañarlo hasta el dormitorio que compartía con la madre y una vez allí, «con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, le indicó que se tumbara en la cama boca abajo, le bajó el pantalón del pijama e introdujo su pene en el ano», sostiene esta parte.
La fiscal lo acusa de un delito de abuso sexual a menor de 16 años y pide una condena de diez años y 15.000 euros de indemnización, la acusación particular pide 15 años de prisión y 50.000 euros de responsabilidad civil, mientras que la defensa interesa la libre absolución del encausado.
Este individuo acumula numerosas condenas anteriores por un delito de hurto, dos de quebrantamiento de condena o medida cautelar, un delito de robo con fuerza en las cosas, uno de usurpación de funciones, tres de conducción sin licencia o permiso, atentado y dos de lesiones en el ámbito de la violencia de género.
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