El alcalde pide ejemplaridad para los autores de las pintadas de Vegueta

Así, aunque la ordenanza municipal prohibe de manera expresa «las pintadas, los grafitis, las rozaduras y los actos similares sobre cualquier clase de bienes y que sean visibles desde la vía pública», el Código Penal considera delito cualquier daño «en bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, o en yacimientos arqueológicos, terrestres o subacuáticos».

En este sentido, la comisión del delito puede conllevar una pena de prisión de seis meses a tres años o multa de doce a veinticuatro meses.

Desde la Policía Local, que mantiene abierta la investigación para tratar de localizar al autor de estas pintadas, se aseguraba ayer que la sanción administrativa está garantizada y que existe también la vía judicial para los actos que afectan al patrimonio histórico, como fue el caso de la catedral de Santa Ana.

«Se pueden instruir diligencias, todo depende de cómo se encamine», explicaron las fuentes consultadas por este periódico.

La Policía Local ha reforzado la presencia en la zona para tratar de evitar nuevos actos vandálicos y, en la medida de lo posible, intentar localizar al autor en caso de que pudiera reincidir.

Hay que señalar que la capital grancanaria no destaca por la proliferación de pintadas en monumentos o edificios emblemáticos. El último caso similar al de Vegueta ocurrió hace en torno a un año en la playa de Las Canteras.

Los grafitis que aparecieron en Vegueta afectaron no solo a la catedral de Santa Ana, sino también a diferentes fachadas de inmuebles situados en la calle Espíritu Santo y en la plaza del Pilar Nuevo.