Condenan a una madre que pegó a su hija y luego la maquilló para que no se notara
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La autoridad judicial le impuso dos años y cuatro meses de cárcel y sendas órdenes de alejamiento con respecto de sus dos hijos menores de edadSecciones
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La autoridad judicial le impuso dos años y cuatro meses de cárcel y sendas órdenes de alejamiento con respecto de sus dos hijos menores de edadNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
El Juzgado de lo Penal número 6 de Las Palmas de Gran Canaria ha condenado a una madre a dos años y cuatro meses de prisión por haber pegado en varias ocasiones a sus dos hijos. A una incluso llegó a maquillarla «para que no se notara» y nadie –entre ellos el padre del menor del que se había separado– se percatara de la herida.
La sentencia, que ha sido recurrida por la defensa de la condenada, entiende que fue la autora de un delito de lesiones y dos de maltrato, todos ellos cometidos dentro del ámbito familiar. Además de la pena privativa de libertad, la mujer tendrá que cumplir tres órdenes de alejamiento respecto a sus dos hijos que van aparejadas a cada uno de los delitos y abone las costas judiciales.
Los hechos se encuadran en un escenario en el que el matrimonio formado por la condenada y el denunciante, se separó en junio de 2021 después de haber tenido dos hijos que en la actualidad tienen 5 y 12 años y sobre los que ejercía la custodia de ambos la progenitora.
Según manifestó en el juicio el padre, que fue defendido por el abogado Raúl Curbelo y su compañero Juan José Rodríguez, se decidió a denunciar a la madre después de que la menor le pidiera «ayuda» en marzo de 2022, le contara que «no quería quedarse a solas con ella», que la «amenazaba» y que le dijera «que quería quitarse la vida por todo lo que había sufrido dentro de la casa», sostiene el fallo judicial.
La niña relató en la prueba preconstituida que se visionó en la vista oral que su madre «le pegaba», le «amenazaba que si contaba algo la iba a pegar». También narró que «le gritaba todos los días» y la «mayoría» de las veces «le insultaba». «Se enfadaba con ella, le llevaba a su habitación, le pegaba y no le dejaba salir. Le pegaba en la cara, con la chancla, le insultaba diciéndole que si lo decía le iría peor. Le gritaba mucho», destaca la sentencia.
Añade que la niña manifestó que su madre «la primera vez que le pegó tenía 7 años y la última no lo recordaba», pero todo dio un giro de tuerca cuando «empezó a pegar a su hermano», contó. En ese instante fue cuando «quiso denunciar para que a él no le pasara lo mismo y se lo contó a su padre». Vio que la condenada «pegaba a su hermano con la chancla cuando su padre no estaba» y le «tiraba de los pelos» y ofreció detalles como el de un día en el que «llegaron a casa» y ella «les cogió de los pelos, les subió a la habitación y les puso a dormir».
Expuso que un día en el que su madre le agredió, «le puso maquillaje en la cara por donde le había pegado el cachetón» y que «no se lo dijo a su padre». Insistió en que no se lo había contado a su padre «todas las veces que le pegó» porque sabía «que a él le duele».
Este testimonio y el ofrecido por el otro menor perjudicado, a juicio de las forenses que los exploraron, fueron «compatibles con la exposición a situaciones estresantes en su entorno familiar vinculadas con la figura materna». La niña mostró «reacciones de ansiedad, tristeza, llanto o angustia» que no solo exteriorizaba «ante su propia victimización», según las especialistas, «sino como reacción ansiosa anticipatoria frente a posibles victimaciones futuras de su hermano menor», determina la resolución judicial.
La sentencia condena a esta madre por tres delitos pero la absuelve de otro de maltrato habitual por la que fue acusada. El fallo sostiene que «no se ha llegado a la convicción que la acusada sometiera a sus hijos a agresiones múltiples y psicológicas desde marzo de 2019 hasta 9 de marzo de 2022». Distinta respuesta da la sentencia «a actos aislados de violencia cometida por la madre sobre sus hijos», como fue un bofetón propinado a una de ellas y agarrar por los pelos a los dos menores para subirlos a su habitación». Existen además «fotografías» que acreditan los daños y un informe forense que objetiva las lesiones, además de las propias manifestaciones de la menor, que resultaron «convincentes y concretas».
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