La ciudad cierra la Semana Santa con una ocupación hotelera del 36%

La capital grancanaria cierra la Semana Santa con una ocupación del 36% en una planta alojativa que se encuentra operativa al 60%. Aunque la cifra supone una mejoría respecto al 10% que se vaticinaba en los días previos a estas fechas vacacionales, atendiendo al bajo nivel de reservas y a las restricciones en cuanto a movilidad impuestas tanto en el territorio nacional como en los países de los mercados emisores, desde el sector se incide en el hecho de que se trata de un mal dato.

«Hasta hace un par de semanas la previsión de ocupación que teníamos era del 10%, pero con la reservas de última hora al final se alcanzó el 36%. Pero es un dato negativo igualmente», apunta la secretaria y portavoz de la Asociación de Hoteles y Establecimientos Extrahoteleros de Las Palmas de Gran Canaria (Ahelpa), Rosy Mugica.

Así, señala que habitualmente la Semana Santa en la capital grancanaria deja cifras en cuanto a ocupación «sobre el 90%», ya que con ella «se acaba la temporada alta». Por eso recalca que los números registrados en este año suponen una «ruina», ya que se ha de tener en consideración que la oferta alojativa actual se limita al 60% del total, lo que supone que hay abiertos en torno a medio centenar de establecimientos hoteleros y extrahoteleros. «Si incluimos en la media a toda la planta de la ciudad, la cifra de ocupación sería muy inferior a ese 36%», apostilla.

Mugica expone que el cliente que recibe la ciudad en estas fechas y el resto de la temporada alta no ha podido desplazarse este año por las restricciones que hay en sus países, como es el caso de los alemanes y los británicos. En cuanto a los nórdicos, otro importante mercado emisor con finlandeses y suecos a la cabeza, indica que tampoco han venido porque aunque no se les han impuesto prohibiciones a la hora de viajar fuera, los ciudadanos respetan las recomendaciones de sus autoridades. «Los nórdicos son muy respetuosos y si su gobierno hace una recomendación de restringir la movilidad, la cumplen, aunque no haya una prohibición expresa», explica.

Así las cosas, reconoce que «ahora nos ha salvado el turismo local» que, procedente de las diferentes islas, se ha decantado por disfrutar de estos días en la capital grancanaria «en vez de irse a la Península o al extranjero», debido a la pandemia.

Asimismo, señala que «también se mantiene el turismo no tanto de negocios como el de plataformas, en concreto, que no entiende de festivos y se mantiene todo el año».

Sin embargo, Mugica incide en que estos bajos niveles de ocupación solo permiten «cubrir gastos» a los establecimientos que se han decidido a abrir sus puertas en las actuales circunstancias. «Es lo comido por lo servido», asegura.

De hecho, añade que muchos de los establecimientos que han abierto «no han podido sacar a todo su personal del ERTE» y que incluso algunos de los que sí están trabajando «tienen un ERTE reducido, sobre todo camareras de piso», porque al haber menos actividad se reducen las horas.

Además, señala que en negocios de carácter familiar la situación es tan complicada que los propietarios «están doblando turnos» para poder prestar el servicio adecuado a sus clientes.

Con todo ello, Mugica apunta que las esperanzas del sector se centran en que «avance el tema de las vacunas» y se levanten las restricciones a la movilidad de zonas como Alemania o Reino Unido. Y miran al verano, «aunque es temporada baja», porque «siempre nos caía algo del turismo vacacional» y también de visitantes que «descubren Las Canteras» y otros atractivos culturales y de ocio que tiene la ciudad y se decantan por el destino.

Por último, alerta de que «seguimos a la espera de las ayudas del Gobierno de Canarias» y pide que además del IBI se contemplen gastos como «el agua, la luz o el mantenimiento». Y critica lo complicado que resulta tramitar la solicitud de ayudas estatales.