«Nadie hace nada por el barrio, estamos abandonados»

«Vinieron a quitar las hierbas de la orilla de la carretera, porque ya ni se veía», comenta Antonio Afonso, «vecino de toda la vida» de este núcleo enclavado entre laderas en el distrito de Tamaraceite- San Lorenzo-Tenoya, en referencia a los problemas de visibilidad que los residentes venían afrontando por la altura que presentaba la vegetación, especialmente en el punto de acceso a la carretera de Los Giles y en la entrada al barrio pues la vía, que es de doble sentido, «no es muy ancha e ibas rozando el coche».

Apunta que esta actuación de limpieza, que vincula a la cercanía de la cita electoral del pasado 28M, se hizo el viernes previo al festivo del 1 de mayo y hasta el miércoles siguiente «no vino la barredora» a retirar los restos.

«Dejaron la tierra que levantó el tractor que vino a quitar la hierba y se llevó parte del asfalto», se queja sobre una operación que, asegura, en ocasiones previas habían realizado «operarios que limpiaban con unas máquinas».

«Encima que no nos arreglan la carretera vienen a romperla», apunta sobre una vía «en la que hace muchos años que no se hace nada» y que se llena de tierra «cuando llueve».

Los parches que salpican varios tramos de la calzada tampoco son una solución pues ponen a prueba la amortiguación de los coches, mientras que en el resto de la vía «vas esquivando baches».

La falta de aceras es otra de las carencias del barrio. Una situación que complica el tránsito de vecinos por su vía principal «porque no hay alumbrado».

Además, expone, «no tenemos parada de guaguas». Dice que los vehículos de la compañía Global, la única que presta servicio a la zona, solían dejar y recoger pasaje en puntos determinados del barrio aunque no existiera parada como tal. Una costumbre que se eliminó «y solo paran a la entrada del barrio y en el fondo». Una circunstancia que generó las quejas de algunos afectados.

La respuesta que obtuvieron fue «una parada provisional, que lleva montones de meses», dice en referencia al poste que sustenta el cartel de la compañía de transporte a ras de carrera.

Pero «no hay marquesinas ni para el transporte escolar», añade sobre unos elementos que ve necesarios sobre todo «si llueve».

Aunque no se queja del servicio de recogida de basura sí lo hace de la falta de civismo de quienes, «en vez de ir al punto limpio dejan los escombros» en la zona.

«Nadie hace nada por el barrio», dice sobre una falta de atención que le lleva a afirmar que «estamos abandonados». Pero también confiesa que hay poca colaboración de los vecinos «porque no hay unidad» a la hora de reivindicar mejoras.