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La basura mancha las playas de Gran Canaria

El Confital ha recibido una bandera negra por aguas fecales y el sureste de la isla está plagado de puntos negros debido al incivismo y las corrientes.

Alberto Artiles Castellano

Lunes, 2 de julio 2018, 09:04

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La proliferación de residuos y plásticos vertidos al mar es una seria amenaza para los ecosistemas marinos, y un riesgo para la salud para las personas, porque además de nadar entre la inmundicia, la contaminación también está afectando a la cadena alimentaria. Además, también supone una ruina económica que ahora empieza a convertirse en un verdadero problema. Más para Canarias, que vive en su mayoría del turista de sol y playa.

Los arenales de las islas son uno de los principales reclamos y protagonistas de sus campañas publicitarias. Pero el incivismo de los ciudadanos, locales y visitantes, y la poca concienciación de empresarios y administraciones durante décadas ha provocado que el litoral de las islas esté plagado de puntos negros por la cantidad de basura que se ha arrojado al mar.

En el caso de Gran Canaria, una de las zonas más deterioradas se sitúa en el sureste de la isla por las corrientes marinas. Pero también en el entorno de los muelles o en las zonas más accesibles para la pesca. La capitalina playa del Confital recibió hace unos días el dudoso honor de una bandera negra debido a la presencia de contaminación «crónica» de aguas fecales.

La amenaza del plástico

Otras cuatro playas canarias, La Tejita y El Médano, en Tenerife, y los puertos de Playa Blanca, en Lanzarote, y Fonsalía, también en Tenerife, recibieron la bandera negra por vertidos de hidrocarburos, aguas residuales o mala gestión. También un reportaje publicado por El País hace unas semanas alertó sobre el nivel de contaminación que está sufriendo La Graciosa. La publicación hacía incidencia en la problemática por el extremo peligro que ocasiona el plástico en nuestras costas.

La consecuencia de décadas sin cuidado

«En el archipiélago existen playas con montañas de basura como consecuencia de décadas tirando residuos al mar. Pero también por el efecto de las corrientes, el viento o los desperdicios que dejamos en los cauces de los barrancos que, con la lluvia, terminan en el mar», afirma Pascual Calabuig, responsable del centro de recuperación de fauna silvestre del Cabildo de Gran Canaria.

«Hemos entrado en una fase en la que sale a la superficie toda la porquería que llevamos tirando durante muchos años al mar. Ahora nos damos cuenta del enorme daño ha causado la falta de concienciación con el mar. No nos damos cuenta que tirar una bolsa de plástico o cualquier otro objeto tiene sus consecuencias. Muchos piensan que la marea se lo lleva todo, pero no en las consecuencias el lugar donde va esa basura. Por ejemplo, en la playa de Lambra, en La Graciosa, han aparecido residuos de América. ¿A dónde irá nuestra porquería? Pues dependerá de las corrientes...», asevera Calabuig, preocupado por el estado de los fondos marinos de las islas y, en concreto, los de Gran Canaria.

El sureste de la isla, un basurero

CANARIAS7 lo comprobó mediante el periodista gráfico Borja Suárez en la costa del sureste grancanario, donde se concentran los lugares con más acumulación de desperdicios por vertidos ilegales y el arrastre de las corrientes.

«Además de la zona del puerto y los muelles pesqueros, el lugar con más incidencia se localiza en el sureste. Hay mucha basura por Ojos de Garza o la costa de Telde. Además del incivismo de los usuarios de las playas también hay que destacar la falta de concienciación de muchos pescadores que tiran enseres de pesca al mar o dejan toda la costa llena de pan fermentado. Nailon, carretes de pesca, resto de cañas o embarcaciones... Es un atentado a la flora y fauna oceánica», afirma preocupado Calabuig, que confirma el incremento de animales heridos y mutilados que llegan las costas canarias por la contaminación. «Cada vez llegan más tortugas, gaviotas o zarapitos mutilados con ovillos de nailon o muertos a nuestras cosas. Son decenas de animales que cada año llegan al centro de recuperación de fauna silvestre del Cabildo de Gran Canaria».

Cubiertos, latas, pajitas, bastoncillos...

La Comisión Europea (CE) ha promovido una directiva que endurecerá el uso de los plásticos de usar y tirar. Sin embargo, la falta de concienciación medioambiental durante décadas ha dejado una huella de porquería que tardará muchos años en borrarse. Se pretende prohibir los bastoncillos de algodón, las toallitas higiénicas, los cubiertos, los platos, las pajitas, los agitadores de bebidas y los palitos de globos de plástico, entre otras medidas para cuidar el medio ambiente en general, y las playas en particular. Precisamente son estos objetos, junto a los utensilios de pesca, los que más proliferan y contaminan la costa canaria.

Según un estudio de la organización ecologista WWF, publicado por CANARIAS7, cada marea vierte sobre las playas de Canarias hasta 120 gramos de restos milimétricos de plástico por metro cuadrado de arena. «Hace falta mucha más concienciación. De nada vale hacer batidas para limpiar nuestras costas si seguimos arrojando basura cuando vamos a la playa o pasamos un día en el campo. El modelo actual no es sostenible. Ya se ha hecho un gran daño a la costa canaria, en nuestras manos está que no sea irreversible», concluye Pascual Calabuig.

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