Una inversión de 35 millones convertirá el antiguo Hospital Psiquiátrico en un centro sociosanitario

El presidente de la institución, Antonio Morales, y la consejera de Política Social, Isabel Mena, dieron a conocer este martes el proyecto en un acto convocado en el propio complejo e incluyó un recorrido posterior por el exterior de los distintos pabellones con las explicaciones de Lidia Santana, que forma parte de la UTE de especialistas en arquitectura e ingeniería que redactó la propuesta.

Este proyecto se enmarca en el II Plan de Infraestructuras Sociosanitarias que cofinancian varias administraciones, pero Mena aclaró que esta obra en concreto la afrontará el Cabildo en solitario. «Aunque es verdad que estamos a la caza de fondos europeos que lo paguen, de momento la apuesta por esta obra es solo de la institución insular», recalcó.

Luego Morales recordó que su ejecución permite avanzar en el compromiso de este gobierno que preside de cubrir las 1.400 camas asistenciales previstas para el año 2024. «Ya tenemos adjudicado el 75% de esas camas; en tres años hemos conseguido el suelo, hemos redactado los proyectos y hemos adjudicado las obras», subrayó el presidente.

En concreto, las plazas contempladas en este complejo estarán destinadas a personas mayores, a personas con discapacidad física o intelectual y a personas con problemas de salud mental. El Cabildo licitará próximamente los trabajos, pero no avanzó una fecha concreta. Solo apuntó que el plazo de ejecución previsto es de 24 meses.

Morales destacó que la institución insular pretende hacer de este complejo «una seña de identidad, un buque insignia» en el mapa de infraestructuras de que dispone para la atención a las personas mayores o con discapacidad en la isla.

Y dijo que lo hará con un proyecto que permite combinar el respeto y la conservación de los valores patrimoniales de un complejo considerado un símbolo de la arquitectura racionalista canaria con la dotación de los más altos estándares de una atención sociosanitaria de calidad.

Este conjunto de edificios, obra de Miguel Martín Fernández de la Torre, fue inaugurado el 26 de agosto de 1938 y no solo mantendrá el uso de carácter asistencial y sanitario para el que se construyó y que tuvo hasta que cerró en 1999, sino que recuperará sus valores patrimoniales, ambientales y sociales, apuntó Morales.

Por eso se contempla eliminar algunos añadidos posteriores, como las galerías que dan a la plaza central, que ocultan la fachada de los edificios que ideó su autor. Esas galerías irán soterradas y ese espacio central contará con una lámina de agua y permitirá organizar actos.

Con ese mismo fin, de recuperación de valores perdidos, los autores del proyecto han trabajado en coordinación con el Jardín Canario para que las nuevas especies que se planten se ajusten a las que se dan en el Paisaje Protegido de Tafira en el que está ubicado este recinto, que ocupa una superficie de 40.000 metros.

Por otra parte, la concepción del futuro complejo sociosanitario responderá a un nuevo modelo de atención centrado en la persona, que implica pasar de los grandes centros a unidades convivenciales de entre 12 y 15 personas, en las que las personas alojadas se sentirán en un ambiente más familiar. Cada una de esas unidades contará con comedor, zona de estar, cocina, botiquín y enfermería.

El centro dispondrá de zona de personal, administrativa, de atención al usuario y recepción; lavandería y cocina. Tendrá áreas de atención y apoyo al usuario, espacios generales de ocio y convivencia, salas de fisioterapia, salas polivalentes, terapia ocupacional y sala multisensorial, y se instalarán parques biosaludables adaptados, dotados de aparatos y de recorridos peatonales que faciliten la actividad física en el exterior.

El equipo redactor del proyecto lo forman los arquitectos Carlos Ferrán Alfaro y Carlos Ferrán Aranaz, padre e hijo, Luis Herrero, Fernando Navazo (fallecido recientemente), Juan Herrero (experto en patrimonio histórico), la empresa de ingeniería Atoms, con Xavier Ferreta, y el equipo canario de Lidia Santana Cabrera y Juan Díaz Yánez.

El antiguo Psiquiátrico tuvo capacidad para 400 plazas y luego se amplió a casi 700. Inicialmente los internos se alojaban en celdas, como las carcelarias, de 2,5 por 4 de largo, según explicó uno de los autores del nuevo proyecto, Juan Díaz. Además, había salas comunales para hasta 90 personas. Todo eso cambiará ahora. Las nuevas habitaciones, individuales o dobles, se parecerán más a las de un hotel, con su cama y su baño propio y un equipamiento hospitalario.