Instalar detectores de humo en los hogares evita incendios y salva vidas

La detección precoz del incendio y cerrar las puertas tanto de las habitaciones como del domicilio al abandonar la casa son de hecho las dos medidas fundamentales para salvaguardar la vida y el inmueble, explica el oficial del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, Mario Beltrán, quien detalla que ente atiende una media de 80 incendios de viviendas al año, esto es uno cada cinco días en los 19 municipios de su competencia, todos los de Gran Canaria salvo San Bartolomé de Tirajana y la capital.

Cabe la posibilidad de instalar alarmas antiincendios, que requieren cableado y conexión a centralitas, pero el avance en la duración de las baterías ha traído consigo la sencillez, durabilidad y autonomía de los detectores de humo, que no precisan más infraestructura que el propio aparato sujetado al techo con tornillos o incluso con adhesivo, pues sus baterías duran de 3 a 5 años, y su eficacia para minimizar daños es indiscutible.

El mercado ofrece un abanico de precios y marcas homologadas, hay detectores de humo autónomos que incluso duran diez años sin cambio de batería por unos 25 euros, apenas 2,5 euros por año, y aunque se puede poner uno en cada habitación o en las principales, en la mayoría de las viviendas unifamiliares es importante instalar al menos uno que cubra la vía de evacuación, ya sea el pasillo o la escalera, pues cuando el humo activa la alarma aún hay margen para salvar la vida.

Esto es así porque el humo asciende al techo y se acumula en lo alto hasta que logra descender a la altura del dintel y pasar al pasillo, por eso es el lugar idóneo en caso de instalar al menos un detector.

Sin este pequeño aparato, el humo seguirá pasando de habitación en habitación e inundando de humo la vivienda desde el techo hacia el suelo, y para cuando los habitantes toman conciencia del incendio, el margen para salvar la casa y sobre todo abandonar la vivienda ha disminuido considerablemente.

De hecho, lo habitual sin detector de humo es que las personas se vean sorprendidas por humo que procede de otra estancia mientras duermen o ven la tele y a esas alturas del desarrollo del incendio, el humo, la falta de oxígeno y las llamas les impiden abandonar la vivienda e incluso tienen problema para efectuar la alerta.

Además, al no ser detectado en fases iniciales, los bomberos se enfrentarán a su llegada a incendios más desarrollados, lo que compromete más la seguridad de los propios bomberos, pero lo peor es que habrá personas atrapadas y tendrán que asumir una elevada sobreexposición para efectuar el rescate.

Aún así hay un límite, y es que no podrán efectuar el rescate si se encuentran con un ambiente incompatible con la vida, tanto de las personas que estaban dentro como de los propios bomberos, en cuyo caso ni siquiera podrán acceder a la vivienda.

Con un detector de humo todo cambia, pues la sirena salta nada más llegarle el humo, momento en el que hay que acudir al origen porque probablemente sea una situación aún manejable y solo requiera, por ejemplo, retirar un recipiente del fuego, cortar el suministro eléctrico si proviene de un cable, apagar una llama con una toalla o cualquier otra incidencia.

De no ser así, la instrucción es llamar al 112 y salir de la casa al tiempo que se van cerrando las puertas de las habitaciones y la del domicilio con la llave puesta por fuera. En los edificios, adquiere especial relevancia el cierre de la puerta que da a la caja escalera porque aislará el incendio del resto del inmueble y mantendrá libre de humo la vía de evacuación.

Cerrar las puertas interiores es una increíble medida para salvar cada estancia como demuestran los vídeos tomados en viviendas calcinadas que guardaban habitaciones intactas gracias a esta medida. No es magia, es que «una puerta cerrada puede bloquear el fuego durante más de media hora sin quemarse», explica Beltrán.

La mayoría de los incendios de las baterías de los vehículos eléctricos se generan durante la carga, por eso es fundamental instalar un detector en el lugar en el que se efectúa, pues solo hay que sumar 12 euros al coste del coche para salvar una inversión de miles de euros y el propio inmueble, sobre todo si la carga se producen en platas sótano, lo mismo sucede con las patinetas, si bien a veces son puestas a cargar en las propias casas.

La explicación de por qué una medida tan sencilla y eficaz no está extendida se encuentra en la falta de cultura preventiva, apenas ha habido campañas de concienciación y la normativa vigente referente a viviendas solo lo exige en edificios de más de 50 metros de altura de nueva construcción, al contrario que en los principales países europeos, que los exigen en todas las viviendas.

Hace años que la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos de España (APTB), a cuya directiva pertenece el oficial del Consorcio grancanario, lucha por una normativa que incluya a todas las viviendas, sean nuevas o usadas.

De todas formas, el Consorcio apuesta por tomar la iniciativa de instalar detectores con independencia de normas que promuevan u obliguen a su implantación.