Las flores de Josefa Rodríguez echan raíces en Ingenio

Esta muestra, que se inaugura hoy y que estará abierta hasta este próximo domingo en el Centro de Interpretación del Patrimonio Histórico de Ingenio, forma parte del proyecto 'Josefa Rodríguez Martín: homenaje a la mujer pintora', una iniciativa que surge a raíz de la donación al Ayuntamiento de dos obras pictóricas de la artista por parte de su hija Josefa Juárez Rodríguez.

Son dos cuadros dedicados a las flores, la temática que inspiró buena parte de su producción artística, que fue muy intensa en sus últimos años de vida, cuando dispuso de más tiempo, entre 1971 y 1977.

Fue la obligación de dedicarse por entero a sus hijos la que alejó a Josefa durante unos años de esta pasión, tras la muerte prematura, en 1944, de su marido, Agustín Juárez Sánchez, y han sido precisamente sus hijos, 45 años después de que su madre falleciera, los que han querido que parte de su legado creativo se quede para siempre en Ingenio, de donde, también por circunstancias de la vida, tuvo que trasladarse a la capital en 1948.

Esta voluntad de Josefa Juárez ha contribuido a que su pueblo redescubra «una parcela de su historia cultural desconocida y protagonizada por una mujer», como señala el consistorio. No en vano, añade que Josefa Rodríguez puede ser considerada, junto a su abuela, uno de los gérmenes de la pintura femenina en Ingenio. Por la información recabada por el Archivo Municipal, sus primeras obras datan de 1928 y sentaron un precedente en la historia del arte hecho en este municipio.

La única condición que, según el Ayuntamiento, puso la familia, y en particular, Josefa Juárez, es que la muestra fuera «sencilla y humilde», tal y como, recalca su hija, hubiera querido su madre. «Era una mujer generosa, muy bondadosa, a la que no le gustaba llamar la atención», reconoce Josefa Juárez. Y ello pese a que le sobraba talento para haber destacado. Su única exposición, en la Casa de Colón, en 1975, y de la mano nada menos que de Felo Monzón, uno de los más insignes pintores canarios del siglo XX, resultó tal éxito que los 61 cuadros que la formaban estaban todos vendidos al día siguiente, apunta su hija.

Monzón dijo de Josefa que era una artista que «pinta lo que sus ojos perciben sin artificios», «una artista colocada frente a la naturaleza para captar su poder de encantamiento colorista».

La generosidad de su familia hará posible ahora que Ingenio pueda disfrutar de este legado que con tanto mimo conservan sus hijos, aunque Josefa, con todo, deja claro que la mejor herencia que recibieron de su madre no cuelga de las paredes de sus casas, sino que descansa en su recuerdo y en su forma de ser, en los valores que les transmitió.

La muestra se podrá visitar de 09.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00 horas hasta el domingo.