Tinglado en 10 fases en Cuatro Caminos
Aprovechando los muros protegidos de un estanque vacío y en desuso, el Ayuntamiento de Guía ideó en 2008 la construcción de un mercado agrícola en Cuatro Caminos, un edificio de tres plantas, dos para la venta y otra con 130 plazas de aparcamiento, para la venta directa al consumidor por parte de agricultores y ganaderos del Noroeste. Con vocación comarcal, sería un estímulo para el agro y un nuevo atractivo para la población y el turismo. Se haría por fases, con fondos externos, en Cuatro Caminos, un lugar de paso para Guía, Gáldar y Agaete. Ideal.
Más de una docena de ofertas recibió el concurso de ideas para redactar el proyecto, síntoma del interés que despertó, presentado al arrancar 2009. Con 3,6 millones de entrada, sacados de aquí y de allá, la primera fase se inició a finales de 2010. La primera piedra la puso el entonces alcalde, Fernando Bañolas (CC), convencido de que el dinero seguiría llegando y de que el mercado sería un éxito.
Pero lo que vinieron fueron los recortes, que le dan dado a la obra la apariencia de una de esas casas que se levantan los fines de semana: un domingo se echa una pared, otro se pone el piso, otro se pinta,... Y así hasta que este año el Cabildo ha puesto 2,5 millones para terminarla de una vez.
En 2011 cayeron 300.000 euros del Estado y se colocó la cubierta, una losa blanca de hormigón a modo de sombrero panameño. En 2013 llegaron 100.000 del Gobierno canario, que se emplearon en la cafetería, la carpintería exterior y el pavimento, y luego 600.000 del Cabildo destinados al cerramiento, el acerado exterior, la acometida eléctrica y otros detalles. En 2014 se invirtieron algo más de 110.000 del Cabildo en los aseos, el alumbrado exterior y el abasto de agua. Era la quinta de nueve fases hechas.
Mientras rascaba fondos de otras administraciones, reacias a soltar dinero debido a la crisis, el Gobierno municipal iba introduciendo modificaciones en el proyecto original. La idea de un mercado de venta directa empezó a verse obsoleta y, a imagen y semejanza de otros lugares, cobró vida la propuesta de montar un gastromercado en el que, además de hacer la compra, los usuarios se echen enyesques. La sexta fase, de 100.000 euros, conformó los puestos. Las séptima y octava, de 500.000 y 100.000 euros, profundizaron en esa propuesta y el remate de lo ya hecho. Con la novena, de 150.000, se hicieron aparcamientos al aire libre y se valló el perimetro. La décima, se supone que la última, está en el horno y no tardará menos de un año. Sumando todo, el coste final no bajará de los 8 millones.
