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Raúl Martel Vega, en los jardines junto al Ayuntamiento. Juan carlos alonso
El concejal de Hacienda que se hizo interventor

El concejal de Hacienda que se hizo interventor

de político a técnico ·

De gestionar las cuentas del Ayuntamiento de Agüimes a fiscalizarlas allí donde obtenga la plaza. Raúl Martel Vega ya es funcionario

Gaumet Florido

Agüimes

Viernes, 6 de enero 2023, 23:33

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Resolución 2022/2832. Así figuraba en el orden del día del pleno de octubre. Era el número de expediente de un caso insólito, una referencia encriptada para una noticia curiosa, la de un concejal de Hacienda que se pasa a interventor; un jefe político de los dineros públicos que cruza la línea, se hace funcionario y logra la plaza del técnico que las fiscaliza.

Tras esas frías y anodinas cifras, 2022/2832, está el talento, el tesón y la profesionalidad de un joven de 35 años, Raúl Martel Vega, el edil de Hacienda de Agüimes, que ha aprobado una durísima oposición y que se ha convertido en interventor.

La resolución de la que tomó conocimiento aquella sesión plenaria fue la de la renuncia a su dedicación exclusiva, es decir, a su salario. Fue entonces cuando trascendió que Martel, un activo consolidado de Roque Aguayro, la formación que gobierna en Agüimes, dejaría la primera línea de la política en unos meses para iniciar una nueva trayectoria como funcionario de carrera en la administración pública.

El pasado 2 de noviembre empezó el curso selectivo previo a la obtención definitiva de su plaza, una formación tan intensa que le coincide con su horario laboral en el Ayuntamiento, de ahí su renuncia. Terminará el 30 de abril de 2023, a un paso de las próximas elecciones municipales.

«Ya tengo mirado a dónde me gustaría ir»

Para cuando tomen posesión los nuevos gobiernos, Raúl Martel habrá iniciado un nuevo camino y probablemente esté ya en tareas de intervención en un ayuntamiento de Gran Canaria. «Ya tengo mirado a dónde me gustaría ir», pero no quiere desvelar todas sus cartas. Tampoco depende solo de él, aunque tiene muy claro que para empezar aspira a un municipio relativamente pequeño que le permita ir cogiendo rodaje.

Dos días a la semana hace las prácticas en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y los otros tres asiste a clases teóricas 'online'. Solo la última semana de cada mes esas clases tienen carácter presencial y se las imparten en Madrid, en el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). Hasta la capital de España se trasladan los cinco opositores de las islas que lograron aprobar la plaza en esta misma convocatoria a la que optó Martel. De esta hornada canaria de habilitados nacionales, 4 son de Gran Canaria y uno de Tenerife.

Raúl Martel, enfrascado en la faena en el lugar donde estudia.
Raúl Martel, enfrascado en la faena en el lugar donde estudia. c7

Con este curso culminará la aventura formativa que emprendió a finales de 2018 y que, tras muchos sacrificios y esfuerzos, se saldó en julio pasado con la aprobación del tercer y último examen que le quedaba. Durante casi cuatro años compatibilizó las obligaciones del cargo de concejal con el estudio de la oposición a esta subescala de interventores-tesoreros. Y no fue precisamente fácil. «¿El secreto? Voluntad, sacrificio, apoyo familiar». Tanto de su madre como de su pareja, como él mismo recalca.

Una oposición con 160 temas

Y disciplina, mucha disciplina. Raúl se levantaba a diario a las cinco de la mañana. Estudiaba hasta las 8, en que se subía al Ayuntamiento. A la salida, almuerzo y vuelta al estudio. 45 minutos hincando el codo y 15 de descanso. Así, uno y otro día. Con constancia. También los fines de semana, durante los que solo se permitía hacer un alto una de las dos tardes. Los 160 temas de esta complicada oposición le exigían dedicación casi plena.

«He tenido que perderme muchos momentos, también bastantes celebraciones familiares». Sin ir más lejos, su propia luna de miel. En este periodo le ha dado tiempo incluso a contraer matrimonio, pero como le pilló en mitad del estudio, solo hubo ceremonia.

Por eso enfatiza lo mucho que le han respaldado los que están a su lado. Y por eso tampoco extraña que hoy vivan con tanto orgullo su éxito. Especialmente su madre, una mujer que, por circunstancias de la vida, se vio sola para criar a sus dos hijos. El padre de familia falleció cuando Raúl contaba con apenas 11 meses. «Está privada». Le reconforta pensar que del esfuerzo de sus manos, trabajando en la aparcería y en la hostelería, limpiando habitaciones, ha logrado dar formación y valores a sus hijos.

Martel, en su faceta de edil, en el pleno del Ayuntamiento de Agüimes y con su portátil.
Martel, en su faceta de edil, en el pleno del Ayuntamiento de Agüimes y con su portátil. C7

Muchos situaban a Raúl en la estela del actual alcalde, uno de sus principales valedores, aunque él siempre lo negaba. «Me encanta el municipalismo, pero siempre tuve claro que solo estaría dos mandatos, que no me quería dedicar a esto».

Diplomado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, entró como edil de Desarrollo Local en el mandato 2015-2019 y fue un hecho triste y luctuoso, la muerte por enfermedad de la entonces concejal de Hacienda, Toñy Santana, lo que le hizo conectar de lleno con el difícil mundo de los números en la administración pública.

Tanto le gustó que empezó a barajar seriamente la opción de opositar a interventor. Esa piscina, al menos en su caso, tenía agua. En su día se sacó el Graduado en Dirección y Administración de Empresas por la Universidad Internacional de la Rioja, donde obtuvo matrícula de Honor por su Trabajo Fin de Grado 'Fiscalidad municipal en la Isla de Gran Canaria'. Y otro máster en Fiscalidad por la Universitat Oberta de Catalunya.

«La experiencia ha sido muy buena como concejal y he aprendido mucho». Entre otras cosas, apostilla, un sello que le marcará como interventor: «No estaré para paralizar sino para ayudar, para aportar soluciones que permitan, desde el cumplimiento estricto de la ley, que los que han sido elegidos por el pueblo para gobernar puedan cumplir sus programas de gobierno». Por algo lo dirá.

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