Cómo enterrar una montaña de vidrio

Costa Botija es uno de los lugares mágicos de Gran Canaria en los que conocer la vida de sus primeros pobladores debido a los yacimientos que existen en el lugar. A esto se le suma la belleza de una costa salvaje con formas singulares que apenas ha sufrido la mano del hombre. Hasta adentrarnos costa arriba, donde la fotografía es apocalíptica y la devastación cubrió cualquier rastro de vida.

Entre las montañas de basura, como consecuencia de convertirse en vertedero del norte de la isla durante décadas, brilla de forma siniestra un montículo gigante de botellas, vasos y otros objetos de vidrio que llegan casi hasta el mar. Caminar por el lugar se hace peligroso ante la posibilidad de clavarte uno de los vidrios rotos, pero no queda otro remedio que atravesar la cordillera para llegar al mar. Cristales de todo tipo que lo inundan todo por el incivismo ciudadano y empresarial, también por la complicidad de una administración que durante décadas no tuvo concienciación ambiental. Ahora, después de manchar de forma irrecuperable el lugar, han comenzado los trabajos para intentar un imposible: devolver la zona a su estado natural.

Todo ello gracias al procedimiento de infracción (número 2006/2311) abierto por la Comisión Europea con el objetivo de recuperar los suelos contaminados por los antiguos vertederos irregulares del archipiélago. Por ello desde hace unas semanas los operarios han comenzado a retirar la basura que se puede procesar y los vidrios que aún se pueden reciclar después de años de inacción, para posteriormente sellar y clausurar el vertedero de Costa Botija en Gáldar. El mismo destino tendrá el vertedero de Cueva Lapa en Gáldar.

«Aquí hay mucho trabajo por hacer. Al menos hasta el final de año estaremos en el lugar para intentar dejarlo como estaba, algo que será muy complicado por la cantidad de basura que se ha tirado aquí durante muchos años», afirma uno de los trabajadores que están retirando o tapando la inmundicia de la zona. El coste de la limpieza superará los 1,5 millones de euros y los residuos de vidrio que no se podrán reciclar se trasladarán a Cueva Lapa para su compactación y aislamiento del entorno enterrándolos con una lámina impermeabilizante y material de protección. Por su parte, los objetos de vidrio que sí se puede reutilizar, así como los restos metálicos y de chatarras, están siendo recolectado con grúas para ser trasladados en remolques a empresas de reciclajes. Es el largo y costoso proceso para hacer desaparecer un lugar conquistado por la basura, la difícil tarea de devolverle el brillo que ahora solo se desprende la montaña de cristales rotos.

Tras la retirada o enterramiento de la basura se iniciará un proceso para recuperar la zona utilizada durante décadas como vertedero. Debido a la proximidad del entorno a la costa de Sardina del Norte, declarada como Zona de Especial Conservación en la RED Natura 2000, se acondicionará el terreno y se plantarán especies autóctonas en la parcela de Costa Botija, de gran riqueza paisajística y arqueológica. Además, el lugar se utilizará para potenciar las energías renovables con la instalación de un parque eólico. Al respecto, el ayuntamiento de Gáldar ya ha logrado uno de los últimos y más importantes trámites para la obtención de la autorización administrativa por parte de la Consejería de Industria del Gobierno de Canarias, previa a la ejecución del Parque Eólico en la zona de Botija.

Este, según se explica desde el ayuntamiento, contará con dos aerogeneradores de 800 kw cada uno que supondrán una inversión de 2,9 millones de euros. Con esta instalación se estima obtener una producción de 5.053 mw/hora/año de energía limpia, equivalente a la que consumen 500 viviendas.

• Temas
• Reciclaje
• Plásticos
• Comisión Europea (CE)
• Canarias
• Residuos
• Barrancos
• Paisaje