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El proyecto Life Nieblas que desde 2021 se lleva a cabo en la finca El Pinillo, en Valleseco, de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas le ha robado hasta ahora 100.000 litros de agua a las brumas que la atraviesan y ha plantado 15.000 de los 20.000 ejemplares de laurisilva previstos hasta finales de este año o, en todo caso, durante los cuatro años de continuidad que tienen los proyectos Life.
Financiado en un 55% por las arcas europeas como proyecto de adaptación al cambio climático, Life Nieblas no solo ensaya la captación de aguas atmosféricas con métodos no tradicionales sino que también estudia el porcentaje de supervivencia de las repoblaciones, en este caso en 30 hectáreas quemadas en el gran incendio forestal de 2019, en función del consumo de agua y de los distintos sistemas de riego empleados.
Fruto de estos ensayos se concluye que si se hubieran regado todas las repoblaciones con el sistema tradicional (a manguera) se habrían gastado 500.000 litros más de los empleados y para obtener solo un 43% de supervivencia. Ese es el porcentaje logrado en la ladera orientada a solana en la que se ha usado el método tradicional de riego y es el más bajo de los cuatro practicados.
Con el sistema autónomo de descarga del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), que consiste en un depósito con flotador que permite el riego por goteo, el porcentaje sube al 80%; con Cocoon, un depósito de cartón trenzado de 25 litros que libera el agua poco a poco, se incrementa al 87%; y con captanieblas individuales, formados con una malla metálica parcialmente recubierta con otra malla de captación, el éxito se eleva hasta el 90%.
El captanieblas individual es también el sistema más eficiente porque se necesitan 35 litros para que el árbol sobreviva, cifra que sube a 57 con Cocoon, a 100 con el sistema autónomo y a 133 litros con el riego tradicional.
De estos datos se deduce que con los 100.000 litros de agua robados a las nieblas en El Pinillo únicamente se lograría la supervivencia de 728 árboles y arbustos con el riego tradicional, de 960 con el sistema autónomo, de 1.700 con Cocoon y de 2.765 con captanieblas individuales. O dicho de otro modo, el agua de niebla apenas cubriría el 15% de las necesidades de riego reales, que han sido de 630.000 litros.
Frente a los 300 litros por metro cuadrado cosechados en El Pinillo, a 1.200 metros de altitud, por los captanieblas tridimensionales patentados por la empresa Nieblagua, los captanieblas innovadores diseñados por el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) y la Universidad de La Laguna probados por Life Nieblas han conseguido 570, casi el doble, imitando a la naturaleza.
Su superficie de impacto es de solo 0,6 metros cuadrados, frente a los 8 de los tridimensionales, pero cuentan con una especie de agujas (similares a hojas de pinos o brezos) inclinadas hacia abajo para aprovechar la gravedad. La distancia entre filas de agujas, así como la longitud y anchura de las mismas, se testaron en túneles de niebla.
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