La hidroeléctrica se renombra como Salto de Chira y se dota de logo y web

El Jardín Canario fue el marco elegido por Morales para escenificar «el apoyo mayoritario a este proyecto de la sociedad grancanaria», unánime en el Parlamento de Canarias y en los sucesivos gobiernos del Cabildo desde su gestación. «No es una opción, es una obligación» mantuvo el presidente sobre la construcción del Salto de Chira, que «debe impulsarse por todos» como una actuación estratégica para luchar contra el cambio climático porque «la sustitución de los combustibles fósiles por renovables es inaplazable».

Acompañado por consejeros del Tripartito de NC, PSOE y Podemos y por el portavoz de Unidos por Gran Canaria-Coalición Canaria (UxGC-CC), José Miguel Bravo de Laguna, como único representante de la oposición -no acudieron miembros del PP ni de Cs- Morales defendió la construcción de la central de bombeo para «dar un salto en soberanía energética», así como «en la calidad de vida de los vecinos del barranco de Arguineguín» y en «la imagen internacional de Gran Canaria».

Según declaró, el Salto de Chira «es el corazón e la transición energética» de la isla porque aumentará en un 36% la penetración de las renovables en la generación, elevará su aportación a la energía eléctrica que se consume a entre el 51% y el 70% y generará un excedente anual de 700.000 metros cúbicos de agua que se impulsará a las cuencas de Mogán, Tunte, Tejeda y Artenara para riego agrícola, mantenimiento de las reforestaciones y lucha contra los grandes incendios forestales.

Además, la entrada en funcionamiento de la central conllevará un ahorro anual de 122 millones de euros en la importación de fuel, reducirá en un 20% las emisiones contaminantes y generará 3.500 empleos e indirectos sumando su construcción a lo largo de cinco años y el posterior mantenimiento de las instalaciones.

Para el presidente del Cabildo se trata de un proyecto» irrenunciable» e «histórico» como lo fue la construcción de las presas de Chira y Soria.

La nueva denominación de la central hidroeléctrica, mantuvo Morales, concede un mayor protagonismo al salto y el logo, inspirado en las pintaderas prehispánicas, se relaciona con las formas de las presas y el bombeo y caída del agua.

Las características y ventajas del proyecto han sido resumidas en la web www.saltodechira.es, concebida como una plataforma de difusión «y contra los bulos difundidos por un sector minoritario en desacuerdo» con la ejecución de la central, en alusión a la plataforma ciudadana Salvar Chira-Soria, por el impacto paisajístico de sus instalaciones, especialmente en el barranco de Arguineguín.

Según el presidente, entre los detractores del proyecto figuran «personas de buena voluntad pero también están agazapados los que no quieren el cambio de modelo» energético.

Morales sostuvo que el proyecto garantiza la restauración ambiental del barranco de Arguineguín, que será dotado de una senda peatonal y para bicicletas a lo largo de la carretera, e incluye plantaciones y la eliminación de especies invasoras.

Por último, dejó claro que el almacenamiento de renovables que supondrá su entrada en servicio, con una inversión que rondará los 400 millones de euros y una vida útil estimada de 50 a 75 años, debe complementarse con baterías y otros sistemas como el hidrógeno verde.