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Vista aérea del aeroclub, situado en San Bartolomé de Tirajana. Esta entidad no gestiona ni el restaurante ni el circuito de carreras. C7
El aeroclub remonta el vuelo

El aeroclub remonta el vuelo

La señera institución pasa tiempos difíciles, pero un grupo de socios entusiastas se vuelca para salvarla. Les mueven las ganas de volar

Gaumet Florido

San Bartolomé de Tirajana

Lunes, 16 de noviembre 2020, 00:00

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Llevaba un tiempo dormido. De hecho, hace meses que no se ven aviones por el aeródromo de El Berriel. Pero volverán. Y con más presencia que antes. Esa es la voluntad de un grupo de entusiastas pilotos que ha decidido dar un paso al frente para ponerse al volante del Real Aeroclub de Gran Canaria y hacer que remonte el vuelo. A la cabeza de todos, una mujer que ha entrado en la historia. María del Pino Reyes Yánez es desde septiembre la nueva y primera presidenta de un club que, por cierto, cumplirá 70 años en 2021. El aeródromo privado que sirve de sede al aeroclub, dotado con hangares y una pista de 800 metros de longitud, hizo 50 años en junio y pasó desapercibido.

La situación es crítica, reconoce Reyes. El aeroclub apenas estaba funcionando, por lo que no se estaban generando ingresos para garantizar su supervivencia. Hacía más de un año que tampoco se les cobraban las cuotas a sus aproximadamente 140 asociados. Llegó a tener siete aviones, pero no están volando, porque no reúnen las condiciones óptimas de aeronavegabilidad que exige la ley. Además, hace un año que acabó la concesión del suelo donde está la pista, que por 50 años y de forma gratuita les cedió la familia del Condado de la Vega Grande, la propietaria de los terrenos. Desde entonces han de hacer frente al pago de un alquiler. Precisamente una de sus prioridades es reforzar las relaciones con la propiedad, a la que, de entrada, le agradecen tantos años de colaboración con esta entidad.

Pero María del Pino y su equipo son optimistas. Hay margen para rescatar al aeroclub. Ya dieron el primer paso. Convencer a los socios en la asamblea de septiembre. Acudieron con un plan de viabilidad bien medido que demuestra que esta señera institución no solo tiene un brillante pasado, sino también un fulgurante futuro. En un año, si todo sale bien, habrán enderezado el rumbo. Lo tiene todo a su favor, como apunta otro de los nuevos directivos, Jorge Sánchez, vicepresidente segundo. «En Canarias hay mucha afición a volar y a los deportes aéreos, y luego está el turismo, nos volverán a visitar millones de personas a las que nos podemos ofertar como un atractivo más; aquí podemos volar todo el año y eso no lo tiene nadie en Europa».

Así las cosas, en el horizonte inmediato la hoja de ruta es clara. La resume María del Pino Reyes. «Hay dos prioridades: el frente económico, para estabilizar el aeroclub, y volver a volar». Su intención es poner en servicio cuanto antes tres aviones (el término avioneta les parece despectivo), dos Cessna biplazas y un Piper de 4. Puede que uno esté para Navidad y el otro llegue en enero de manos de los Reyes. Necesitan que los socios vuelvan a volar, que alquilen horas de vuelo y generen ingresos. A partir de ahí, el otro reto también está muy definido: abrirse a la sociedad. Y para ello tienen pensado recuperar la escuela de pilotos de aviación general, pero también hacer campañas de promoción para atraer a la mujer y a los niños, organizar jornadas de puertas abiertas y ofertar la posibilidad de que la gente se suba a uno de sus aviones y vuele sobre la isla con uno de sus pilotos.

María del Pino Reyes Yánez, nueva y primera presidenta del Aeroclub.
María del Pino Reyes Yánez, nueva y primera presidenta del Aeroclub. Cober

María del Pino entró como socia del aeroclub en 2007. Es el tiempo que lleva de piloto esta neuróloga jubilada del Hospital Insular. Sabe que hace historia, pero más que destacar esa novedad, lo que más le interesa, en lo que pone más hincapié, es en la necesidad de dar más entrada a la mujer en este mundo. De hecho, apunta que solo hay dos socias en el club y eso quiere cambiarlo. Con ella tiene un equipo heterogéneo de entusiastas en el que hay empresarios, ingenieros informáticos, profesores de universidad y varios pilotos.

Con María del Pino y Jorge son nueve personas que se han dividido el trabajo para sacar adelante este reto. Son José Miguel Canino (vicepresidente primero), Daniel del Rosario (secretario), José Francisco Carrillo (tesorero), y Eduardo Acosta, José Ángel Salgado, Carlos Valcárcel y Afranio González como vocales. Entre sus compromisos, modernizar la institución, dotándola de una web actualizada con presencia en redes sociales; activar una app para que los socios tengan información directa y actualizada; hacerse con un software de gestión para la transparencia con bases de datos de socios, domiciliación de las cuotas y control de las horas; recuperar la vida social del club; y abrirse a la sociedad, convocando campus para niños, facilitando el acceso de los discapacitados a la aviación, organizando viajes y fomentando el turismo aeronáutico.

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