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Un total de 31 niñas residentes en Corralejo y procedentes de Mauritania están en riesgo alto de ser mutiladas. Es la conclusión principal del trabajo de campo realizado por la Asociación Cultural de Mujeres Mauritanas Dimbe, que asegura que van de vacaciones con sus familias a su país de origen, por lo que exponen a esta práctica, considera como una forma de violencia de género y un atentado contra los derechos humanos y la integridad y dignidad de las niñas y las mujeres.
El colectivo Dimbe, que trabaja desde hace años en la erradicación de esta práctica, desveló estas cifras ayer en Puerto del Rosario con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina. Las 31 niñas de Corralejo, en el municipio de La Oliva, pertenecen a las 26 familias procedentes del pueblo mauritano Kaedi «donde todas las madres se encuentran mutiladas», de las cuales doce residen en Canarias y las demás están pendientes de la reagrupación familiar.
Diez años Hawa Touré, la activista que ayer leyó el manifiesto en Fuerteventura, tenía solo diez años cuando en Kaedi, al sur de Mauritania, sufrió la mutilación genital.
Residente en la isla Hoy esta activista tiene 46 años y reside en Fuerteventura, donde preside la asociación de mujeres mauritanas Dimbe.
Ilegal desde 2005 Desde 2005 esta práctica es ilegal en Mauritania, pero sigue ejerciéndose de manera clandestina y por tanto con mayores riesgos sanitarios.
La asociación dio más datos sobre Canarias, donde existen 517 niñas en la provincia de Las Palmas y 244 en la de Tenerife en riesgo de ser mutiladas, de las cuales en riesgo inminente de ser mutiladas 145 son de Las Palmas y 47 de Tenerife.
La representante de Dimbe, que ayer legó el manifiesto en Puerto del Rosario en un acto organizado por la Consejería de Políticas Sociales del Cabildo, Hawa Toure, llamó a los cargos públicos a apoyar a las asociaciones en la lucha para erradicar la mutilación genital femenina, solicitando la empatía de todas y todos hacia las personas supervivientes de esta práctica y destcando la importancia de la sensibilización para ponerle fin. «Igualmente importante es el trabajo conjunto desde el ámbito de las comunidades, sanitario, educativo, fuerzas de seguridad y servicios sociales», destacó Toure.
Según el consejero de Políticas Sociales, Adargoma Hernández, el objetivo de este acto consistió en «dar visibilidad a una práctica no tan lejana a nosotros y nosotras, sino que desgraciadamente afecta a niñas y mujeres en nuestra propia Isla. La sociedad debe ser consciente de que estos hechos tienen que ser denunciados como violencia de género».
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