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Las semillas de arvejas son de la cosecha de hace unos tres años, cuando la mácula respetó al cultivo. Javier Melián / Acfi Press
Primero arvejas, luego millo en la gavia bien bebida

Primero arvejas, luego millo en la gavia bien bebida

agricultura tradicional ·

Las leyes no escritas del campo majorero marcan los tiempos de cultivo y los lugares más óptimos. El momento es ahora, antes de perder la sazón

Catalina García

Puerto del Rosario

Sábado, 15 de octubre 2022, 23:49

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«La arveja, en la primera reja» reza el primer mandamiento de la cultura del cultivo en gavias y empieza unos quince días después de la lluvia, que este año dejó unos 47 litros por el paso del ciclón Hermine en La Laguna, en el municipio de Puerto del Rosario. El día anterior a la siembra, Manuel Fuentes pasa el tractor para matar la hierba de la gavia y para trazar las melgas, que son los trozos de tierra que separa para plantar: «allí, echo arvejas. En la otra gavia, en la bien bebida, millo antes de perder la sazón».

Ni en arenado, ni mucho menos en invernadero, Fuentes Montañés (Los Estancos, 1955) planta en las gavias que sabe que han recogido agua: las arvejas para La Laguna; las legumbres para la Rosa del Agua porque no acechan los cuervos, muchos cuervos, a las cosechas y porque salen más amorosas en los potajes. «Tengo 67 años ahora y sigo plantando porque me gusta el campo».

Tras sembrar, pasa dos o tres veces el arado por la gavia que aún retiene la humedad.
Tras sembrar, pasa dos o tres veces el arado por la gavia que aún retiene la humedad. javier melián / acfi press

El cultivo de la arveja es el primero porque requiere más humedad y, «a más temprano se plante, menos mácula le cae. Es muy agradecida, aunque también la atacan los cuervos». En cambio -y siempre según la cultura de las gavias- el millo o el garbanzo pueden esperar un poco más: «piden más calor para crecer, son más tardíos», establece Manuel.

La distribución de los cultivos también la dan las leyes no escritas. «En las puntas de las gavias, que es donde antes se afloja y le entra primero el agua, cebada y trigo. Las avenidas se secan pronto. En los fondos de las gavias, se echan chícharos, lentejas majoreras, garbanzos, judías». Y, en medio, los azafraneros para echar de comer a los animales, «pero claritos, no como ahora que se siembran gavias enteras de ellos».

La semilla de arvejas.
La semilla de arvejas. javier melián / acfi press

Manuel Fuentes sabía que iba a llover este invierno majorero «por los calores que han habido y por la seña de la blandura para Santa Ana. De aquí para adelante, creo que también volverá a llover». Antes, la lluvia no se anunciaba al final del telediario, en la información meteorológica sino que lo hacía en el cielo, los bichos y otras señas, «incluso el grano (cebada y trigo) se sembraba en seco, en los tableros, porque el majorero estaba seguro de que iba a caer el agua».

Antes de subirse al tractor, resume que de las legumbres, la lenteja majorera es «la más trabajosa que hay, pero la mejor que se vende; y los garbanzos son malos de limpiar y buenos de coger. Y pon que ecológico, como se dice ahora a plantar como siempre se hizo».

Y, lo más bonito, lo deja para el final: «la gavia bien bebida es una gavia que duerme el agua en ella, decían los viejos».

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