Marcos Hormiga invita a un recorrido poético y musical en 'Romance con Betancuria'

De noche y en el recogimiento de la ermita de San Diego, el romance sonará en Betancuria este viernes y sábado de la mano de Marcos Hormiga, profesor, traductor y poeta. Aunque lo trajeron los conquistadores en el siglo XV, las mujeres y los hombres siguieron cantando y recitando para dormir a los niños y sobre todo como telón de fondo de las peonadas organizadas en las arrancadas del trigo y las legumbres del siglo XX.

El recital se llama Romance con Betancuria y reabre, después de lustros cerrada, la ermita del siglo XVII situada frente al convento de San Buenaventura. La Diócesis de Canarias cede el templo de dos naves gracias a la gestión municipal. Dividido en dos días, mañana, viernes, participa el timplista majorero Domingo El Colorao como base musical para los romances recitados de Antonio Corujo y Marcos Hormiga. El sábado, 14 de noviembre, actúan Miguel Cadavieco El Buenchaval, de Cantabria, y Agnieszka Marciniuk, de Polonia.

El recital y musical enlaza la antigua capital con el trasfondo del romance, «composición estrófica que se encuentra en un momento de expansión en la Península cuando se produce su fundación», explica Hormiga. Las primeras manifestaciones poéticas canarias fueron, de hecho, los romances «que, naturalmente, trajeron los pueblos que realizaron el mestizaje isleño».

El romancero tradicional del siglo XV, que trajeron los conquistadores, habla principalmente de gestas caballerescas, amores y desamores así como de la cultura y sentimientos del pueblo. Con e l paso de los siglos, los romances se incorporaron a la vida cotidiana y fueron cantados por mujeres «para adormecer a los niños al son de coplas traídas de su tierra y, también, por los hombres en sus ratos de ocio». Cumplidos dos tercios del siglo XX, en Fuerteventura, principalmente, hombres y mujeres lo cantaban al son de la arrancada de los cereales, en las peonadas, trae a colación el organizador.

Como todo espectáculo, los dos días serán de aforo reducido por las medidas sanitarias.