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Hace dos años aún eran de verdes y refrescaban la calle Fernández Castañeyra y vías aledañas. Hasta que decidieron que ya no encajaban bien donde estaban, que no pegaban con la modernidad buscada para el entramado urbano. Y, para que nadie acusara a nadie de falta de sensibilidad hacia los árboles, se optó por trasplantarlas. Solo que después ya nadie se acordó más de las desdichadas. Hasta ahora.
El proyecto de rehabilitación de la calle Juan de Bethencourt, en Puerto del Rosario, cuyas obras comenzarán en los próximos meses, incluye el trasplante de las 24 palmeras de la mediana. El Cabildo, administración encargado de sacar a licitación el proyecto, asegura que las palmeras no van ser taladas, sino trasplantadas, si bien de momento no ha transcendido cuál será su ubicación final. Un grupo de vecinos de la capital se ha manifestado hasta en dos ocasiones para que las palmeras se queden donde están. Temen que, si finalmente son trasplantadas, les ocurra lo mismo que a las palmeras de la Rosa de Don Victoriano, en Puerto del Rosario, que en su día corrieron el mismo destino y hoy lucen secas y descabezadas.
Los grupos políticos de la oposición, tanto en el Cabildo como en el Consistorio, están en contra del trasplante. Pero el grupo de gobierno en el Cabildo señala que el proyecto de la calle Juan de Bethencourt nace del consenso con el Ayuntamiento, los comerciantes y los vecinos en general. Así que el trasplante sigue adelante y las palmeras no salen corriendo porque no pueden.
Proyecto estancado
La Rosa de Don Victoriano, frente a uno de los laterales del nuevo centro de salud de Puerto del Rosario, se asienta sobre un suelo cuya propiedad recae en dos terceras partes en el Cabildo y en una tercera parte en manos privadas. Precisamente, el problema de la propiedad del suelo ha impedido, según el Consistorio, desarrollar un proyecto relacionado con la creación de una gran zona verde para la capital, una idea muy vociferada por distintos responsables políticos desde hace años y que, sin embargo, nunca ha terminado de cuajar.
Vandalismo
En la Rosa de Don Victoriano hay árboles, pero algunos, como las palmeras trasplantadas, se han secado. Al ser un espacio poco iluminado y con escaso tránsito de viandantes, los actos vandálicos queda impunes y, de hecho, según el Ayuntamiento, parte de las mangueras de los sistemas de riego han sido robadas.
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