La crisis de AMF destapa la fragilidad de la presidencia de Sergio Lloret

La inestabilidad política regresa al Cabildo de Fuerteventura, donde aún retumban los ecos de los casi tres meses en minoría del expresidente socialista Blas Acosta. Aunque el primer mandatario Sergio Lloret no perdería la mayoría si cesa a Sandra Domínguez de sus competencias en Ordenación del Territorio como le pide su partido Asambleas Municipales de Fuerteventura (AMF), si pondría alfombra roja a otro pacto que le quitaría el bastón de mando.

Cuando apenas pasaron un mes y cuatro días escasos de la toma de posesión de la toma del nuevo grupo de gobierno CC-PP-AMF, las discrepancias saltaron ayer al solicitar AMF el acta a Sandra Domínguez y al presidente Sergio Lloret que le retire las competencias en Ordenación del Territorio. La crisis surge en el seno de Asambleas Municipales de Fuerteventura (AMF), por donde se presentaron Lloret y Domínguez en coalición con Nueva Canarias (NC), y se produce después de que esta semana la consejera hiciera pública este martes su salida del partido. La reacción de AMF no se hizo esperar y este miércoles ha mandado un escueto comunicado donde solicita el acta de consejera y la retirada de las competencias.

Ahora falta saber si Lloret acatará la orden de AMF, puesto que se da por hecho que Domínguez, que es también parlamentaria, no dejará el acta de consejera por la coalición electoral NC-AMF que, precisamente por ser coalición electoral, le impide pasar a los nos adscritos. Las razones de la salida de Domínguez del partido del que fue presidenta hasta febrero hay que buscarlas en que «no compartimos la misma visión política y la orientación que se tiene que llevar de la política de la isla, ni la política del partido. El partido nació con un espíritu que entiendo que se han ido tergiversado».