El alcalde que soñó una ciudad sin límites
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2007-2011 ·
La aspiración a la capitalidad cultural europea o los primeros bosquejos de participación ciudadana se arraigan en su mandatoJavier Darriba Santana
Las Palmas de Gran Canaria
Miércoles, 22 de noviembre 2023, 01:00
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En estos tiempos en los que el diálogo se interpreta como un escudo de argumentos preconcebidos tras los que atrincherar un desinterés por el debate sincero, se apaga la voz de Jerónimo Saavedra, un político dispuesto a honrar la palabra y sus caminos. Sus razonamientos estaban plagados de los silencios que necesita toda interlocución para entender el posicionamiento del otro.
Convencido de la fuerza del diálogo, su mandato fue el ejemplo de este posicionamiento. En plena ola de Zapatero, rebosó de talante al formar gobierno con Nardy Barrios. Aunque obtuvo los votos suficientes para gobernar en solitario -resultó el tercer alcalde más votado tras José Manuel Soria, en dos ocasiones, y Pepa Luzardo- t tendió la mano a Compromiso por Gran Canaria. Las diferencias entre Saavedra y Barrios respecto a la ordenación urbanística de la ciudad terminaron por dinamitar el pacto de gobierno pero la relación entre ambos quedó indemne de aquella onda expansiva que los dos políticos circunscribieron siempre al ámbito estrictamente político. Pese a sus diferencias en la parcela del Canódromo, en la propuesta de crear un hotel en El Rincón o la lentitud en sacar la subestación eléctrica de La Cícer, ambos siguieron cultivando su relación y respeto mutuo, hasta el punto de que hace solo unas semanas se les vio comiendo en un restaurante de Triana, en animada conversación.
A esa edad falleció Jerónimo Saavedra en su casa de Vegueta Su muerte causó una gran sorpresa en la sociedad canaria pues hasta el lunes mantuvo varios contactos con conocidos con plena normalidad.
2018 Ese año se retiró de la vida pública, tras una vida política que lo mantuvo activo durante 46 años.
Su talla política fue siempre respetada por todos, salvo un caso desagradable de ataque personal. En las elecciones de 2007, a Pepa Luzardo, que llegó a la cita electoral como alcaldesa, le habían advertido que sus posibilidades de repetir mermarían en caso de que Saavedra fuera el candidato. Así ocurrió. Y la ciudad cambió de mayoría absoluta, del PP al PSOE. Como haría cuatro años después para despojarle del bastón de mando y entregárselo a Juan José Cardona.
Los tres días de luto que ha decretado el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para velar su recuerdo en el Salón Dorado de las Casas Consistoriales servirán no solo para despedirlo sino para honrar la memoria de este alcalde que recibió de la Masonería Española su más alta condecoración, aquella que solo está reservada para soberanos, jefes de estado y personalidades que sobresalen por su labor en bien de la humanidad o el desarrollo de las libertades cívicas y la educación.
Como toda gestión, su mandato tuvo luces y sombras, como el plan de privatización parcial de Guaguas Municipales que fue finalmente anulado, pero hay rasgos de la ciudad actual a los que puede seguírsele el rastro desde aquellos años. Tal vez los dos logros más determinantes fueron, en primer lugar, la adaptación del Plan General Municipal de Ordenación al Texto Refundido de las Leyes de Ordenación del Territorio -bautizada como el plan de las urgencias- y, en segundo término, la ambición hidráulica, con un buen número de actuaciones que sirvieron para conectar núcleos de viviendas y barrios que hasta entonces seguían sin estar enlazadas a la red de alcantarillado.
Fueron tiempos difíciles para el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. La crisis que se instaló en España se cebó no solo con el mandato de Jerónimo Saavedra sino también con la siguiente corporación.
Pese a todo, la ciudad recibió una lluvia de millones gracias a los famosos planes Zapatero, que permitieron también ahondar en la mejora de la red de saneamiento y abasto. «Nunca hubo una inyección económica tan importante en materia hídrica», recuerda el que por entonces era concejal de Urbanismo, Néstor Hernández, «y lo hizo pese a que era consciente de que abrir las venas de la ciudad le restaría votos».
«Fue el alcalde de las pequeñas obras», asegura la por entonces concejala de Juventud, Isabel Mena, «pero el tiempo pondrá a Jerónimo Saavedra en su lugar porque fue el primer alcalde capaz de tener una visión global que compaginaba con el acercamiento de los barrios de la periferia».
Las primeras medidas para mejorar la movilidad de los riscos nacieron también en aquel mandato, si bien las escaleras mecánicas que se instalaron no funcionaron como debería. Y hasta el mandato pasado no se dio continuidad a estos medios.
Su vocación humanista y sus vastos conocimientos culturales también los volcó Jerónimo Saavedra en la gestión urbana, tratando de acercar las diferentes manifestaciones culturales a los distritos. Sin embargo, su gran empeño, la declaración de Las Palmas de Gran Canaria como ciudad cultural europea en 2016, quedó frustrada. «Fue por motivos políticos», recuerda Nardy Barrios de aquel proceso de selección que acabó llevándose Donostia, «Jerónimo (Saavedra) entendió que nuestra ciudad podía jugar ese papel desde la lejanía y la insularidad».
Pero aquella ilusión que tenía no ha muerto. En la actualidad, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha retomado la idea de y ahora apuesta por conseguir este reconocimiento en el año 2031.
Su conexión con el mundo de la cultura no se frenaba en el mar que rodea nuestras islas. Conocía de primera mano las obras impresionistas del Hermitage; las mejores representaciones musicales... Hasta algún colaborador suyo se llegó a llevar un buen susto cuando recibía llamadas de miembros de la Casa Real para comentar la última ópera del Teatro Real, del que era miembro de su patronato.
La aspiración de utilizar el Manuel Lois también tomó forma en aquella época. Bajo el título de 'Parque de Las Creaciones' se planteó un proyecto medioambiental, artístico y social en el que se invirtió alrededor de cinco millones de euros. La propuesta no prosperó y en estos momentos el antiguo acuartelamiento está siendo utilizado como lugar de ensayo de las murgas. Otra parte se convertirá en la nueva galería de tiro de la Policía Local.
También dejó huella en el panorama educativo al impulsar cinco escuelas municipales de educación infantil, lo que permite en la actualidad que la ciudadanía disponga de más de 1.200 plazas en guarderías públicas.
El concepto de participación pública empieza a tomar forma durante su mandato. Proa 2020 fue una estrategia consensuada por diversos agentes sociales. Allí se esbozaron ideas como el ecoparque de Salto del Negro, la renaturalización de los barrancos, la ciudad saludable, la recuperación de la Base Naval para uso ciudadano...
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria emitió ayer un comunicado con el que lamentó «profundamente el fallecimiento de Jerónimo Saavedra». La alcaldesa, Carolina Darias, quien fue directora de gobierno del área de Urbanismo y Vivienda en aquel mandato, expresó su pesar por la muerte de «un hombre comprometido con su tiempo y también con el modo de vida que siempre había creído».
La ciudad le dio su último adiós en las Casas Consistoriales, la sede oficial del Ayuntamiento que él mismo inauguró tras nueve años cerradas. Su cuerpo descansó anoche en el mismo Salón Dorado que tantas veces se hizo eco de sus palabras y de su capacidad diálogo y negociación. Sus restos volvieron al verbo inicial con el que se inició una vida de entendimiento.
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