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Brays Efe, Verónica Echegui y Javier Rey en 'Orígenes secretos'.
'Orígenes secretos': con f de friki.

'Orígenes secretos': con f de friki.

Comedia, suspense y costumbrismo se dan la mano en un mosaico de guiños y chistes pensados para amantes del cine, el cómic y el merchandising

Viernes, 28 de agosto 2020

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Hubo un tiempo en el cual el consumismo de cultura popular no era una señal de identidad. La etiqueta 'friki' no existía, o apenas se utilizaba como en los tiempos actuales. Algunos estudiosos del cine, el cómic y otros vicios empleaban la palabra 'freak'', en anglosajón, para definir a aquellas personas excéntricas cuyo comportamiento se salía de lo normativo. Gente estrafalaria que se dejaba llevar por sus pasiones más allá de lo convencional, cuyos gustos rayaban lo absurdo a los ojos de los demás, lejos de encorsetamientos.

Ahora creerse distinto, en base a tus hobbies, es tendencia, en gran parte gracias al éxito exacerbado de la serie 'The Big Bang Theory', que ha elevado la autoestima de los raros de la clase (aunque la buena es 'Freaks and Geeks'). Existe un Día del Orgullo Friki y el merchandising ha matado a la fuente original, hasta el punto de que las grandes franquicias de prendas textiles venden camisetas y todo tipo de productos con las imágenes coloristas de personajes de series, películas y tebeos molones.

Poseer en las estanterías de tu casa una colección de muñecos -más de veinte figuras Funko puntúa como excelsior-, cuya moda no cesa, es signo de gallardía 'friki'. Hay fans de Star Wars que se lo toman tan en serio como los hinchas de fútbol, hasta el punto de que adoctrinan a sus hijos en su 'hooliganismo' de Corte Inglés de un modo enfermizo, no siempre con éxito. Ya apenas hay heavies, góticos, punks o rockers. Hay seguidores de 'Stranger Things' que nunca han leído a Stephen King, locos por 'El Señor de los anillos' con alergia a la literatura y adoradores de Marvel que nunca se han mirado las viñetas de partida y solo han visto las adaptaciones cinematográficas. Todo apunta a la necesidad del ser humano de encontrar su lugar en el mundo.

Antes, definirse como friki era una cuestión a evitar. Quienes aceptasen el adjetivo se arriesgaban a recibir collejas en el instituto o ser señalados en la universidad. Sin embargo, sentirse extraño actualmente es tendencia, aunque sea de una manera superficial. A esta corriente responde 'Orígenes secretos', producción nacional estrenada directamente en streaming en la omnipresente Netflix, acorde a los convulsos tiempos en que vivimos, donde la distribución audiovisual se ha rendido a los cánticos de sirena de las plataformas (en principio se estrenaba en el Festival de Málaga que transcurre estos días).

Dirigida por David Galán Galindo, basada en un libro homónimo de su cosecha, es una oda a la diferencia. Al grito de 'fuera complejos' exhibe un relato plagado de chistes para el deleite de fanáticos del 'frikismo' galopante. Un asesino en serie campa a sus anchas en Madrid, eliminando a sujetos anónimos con métodos macabros, imitando a páginas de cómic de éxito. Un detective inquieto, algo atormentado, se encarga del singular caso y acepta la colaboración de un joven experto en superhéroes y aledaños. Toda gran misión requiere una gran responsabilidad.

Verónica Echegui, reina del cosplay y dura detective.
Verónica Echegui, reina del cosplay y dura detective.

'Orígenes secretos' es una película fuera de su tiempo. Probablemente su hábitat natural ya pasó, a finales de los años 90, por su estética y temática, pero ahora tiene más sentido su existencia desde un punto de vista comercial, con el cine de supertipos en pijama en ebullición y todo lo que tenga que ver con los años 80 y la cultura pop. Más cerca de 'Acción mutante' y su fusión de ciencia-ficción, comedia y costumbrismo, que de la actual avalancha de thrillers españoles que adaptan obras literarias, con la trilogía del Baztán a la cabeza, terreno en el cual parece moverse atendiendo a la publicidad, ofrece ecos de 'Seven', algo de la saga 'Saw' y un catálogo de guiños al servicio de los espectadores más despiertos.

Los amantes de las franquicias audiovisuales y los cómics populares gozarán especialmente con el espectáculo. Quizás los profanos no disfruten lo mismo con esta propuesta que juguetea con la parodia y cuenta con un reparto coral sumamente divertido, con Brays Efe y Carlos Areces bordando con gracejo sus personajes secundarios.Verónica Echegui como reina del cosplay y dura detective a un mismo tiempo desencajará alguna mandíbula. Por contra, Javier Rey, encumbrado por 'Fariña', se muestra algo perdido en un show que funciona mejor cuando pierde los papeles y toma conciencia de su perfil grotesco. Ideal para ver con los colegas sentado en el sofá de casa, rodeado de snacks y botellas de refresco, para tomase un respiro antes de la siguiente partida de rol.

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