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‘Citizen’ Camps

Viernes, 17 de julio 2020, 09:32

El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, se encuentra muy alejado de la creatividad de Orson Welles, que tuvo en su película Ciudadano Kane (Citizen Kane) uno de sus mayores exponentes, constituyendo para muchos cinéfilos una de las grandes obras maestras de la cinematografía mundial. Aunque es posible que Camps sepa de esa peligrosa mezcla entre los poderes mediáticos y los políticos de Charles Foster Kane, personaje central de la película, inspirado en el magnate de los medios de comunicación Willian Hearst.

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Estoy convencido de que Camps no va a pasar a la historia por su brillantez intelectual, pero sí lo hará por su habilidad por orillar las leyes vigentes para imponer sibilinamente las tesis de su partido, el PP, en materia de educación.

En efecto, el Gobierno que preside ha tenido la feliz idea de boicotear Educación para la Ciudadanía de un modo muy sui géneris; obligando a los centros educativos a ofrecerla en inglés y con traducción simultánea.

Por tanto, en la Comunidad de Valencia se imparte desde este curso escolar Education for Citizenship and Human Rights, no con la sana intención de que los alumnos y las alumnas mejoren su conocimiento de lenguas extranjeras, sino con la más perversa de que no se enteren de los contenidos de la misma, que es lo que está ocurriendo por el escaso nivel de conocimiento del idioma por parte del alumnado, lo que está produciendo una enorme cosecha estudiantil de calabazas.

Además, su puesta en marcha ha supuesto un caos organizativo para el sistema educativo valenciano. Y unos costos para las arcas públicas, pues junto al profesor de la asignatura está presente un traductor de inglés, ejerciendo una tarea que los docentes valencianos han calificado de impracticable, poco efectiva, caótica y hasta ridícula.

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Un malestar traducido en numerosas movilizaciones de docentes y AMPAs, y que tras dos meses de curso ha llevado a la Generalitat valenciana a plantear la posibilidad de una moratoria en tan poco educativo dislate.

Si ya es grave la sucesión de sistemas educativos en España, de reformas y contrarreformas, en los treinta años de experiencia democrática reciente, el Partido Popular suma un nuevo dislate al oponerse a la introducción de Ciudadanía, promoviendo la objeción de conciencia o planteando disparates alternativos como el que nos ocupa. Demonizando una asignatura, por cierto, que trata de estimular el que nuestros pequeños aprendan a ser ciudadanos más abiertos, tolerantes, respetuosos con las diferencias y amantes de la democracia. Buena falta que nos hace esa educación en valores.

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En el caso de Citizen Camps tengo la impresión de que podría preocuparse de otros asuntos de enorme trascendencia en materia educativa. Por ejemplo, a tratar de desentrañar por qué Valencia es, con enorme diferencia, la comunidad autónoma española que ha experimentado el mayor incremento de fracaso escolar en el período reciente. A lo mejor la gestión de su gobierno tiene algo que ver con el asunto. Aunque, visto lo visto, igual Citizen Camps y los suyos lo terminan resolviendo a su particular modo y manera. Por ejemplo, presentando el correspondiente informe sobre las razones profundas de la caída en picado de la calidad educativa que padece la Comunidad de Valencia en sánscrito, etrusco, rúnico o arameo.

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