Una denuncia en forma de arte
Si el arte es una forma de activismo, las fotógrafas Isabel Muñoz y Concha Casajús podrían ser un ejemplo. Sus voces suaves y ojos emocionados narran las terribles y violentas historias de por las que han pasado las mujeres que posaron para ellas en el Congo. La exposición, que acoge Casa África, realza la dignidad de estas mujeres, pero también denuncia su situación.
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Las fotógrafas Isabel Muñoz y Concha Casajús muestran desde este miércoles, y hasta el próximo 6 de mayo, dos visiones distintas sobre la terrible realidad de millones de mujeres del Congo.
Muñoz eligió el blanco y negro para retratar a jóvenes madres violadas, a las que les han asesinado a sus hijos y a sus padres y a las que "desgarran" torturándolas para después abandonarlas. "Las heridas físicas se curan con el tiempo", recuerda la fotógrafa. Las otras quizás nunca se cierren.
Sin embargo Muñoz cree ver en estas mujeres "esperanza" porque, después de todo lo que han pasado, "salen adelante".
Isabel Muñoz también presenta una serie sobre niñas de orfanato acusadas de brujería, y otra sobre niñas de Kavunu, un territorio donde secuestran a bebés y chiquillas de menos de 10 años para violarlas y abandonarlas.
Concha Casajús trabajó sobre los mismos temas, pero en su visión entra el color. "Es un color descolorido, como de fotografía antigua", explicó la creadora. Tal vez porque así parece que las historias que hay detrás de las imágenes fueron un sueño y nunca pasaron el realidad. Pero no, el visitante de la muestra sabe en cada momento que detrás de cada cara hay una historia real de violencia.
Sí hay en las imágenes de Casajús alguna sonrisa furtiva, como en la imagen Unión y recuperación, en la que se ve a varias mujeres charlando. Todas ellas, explicó la fotógrafa, vivían en una casa de acogida que logró poner en pie otra víctima de esta violencia que permanece impune.
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Mujeres del Congo es una exposición denuncia que requiere del ojo del visitante no solo para ver más allá del encuadre, los juegos de luces y sombras o enfoque de la instantánea. Necesita, como decían ayer Muñoz y Casajús, de la complicidad de la gente que puede hacer algo, de las organizaciones internacionales y de los países implicados en una zona geográfica estratégica, rica en coltán, diamantes, oro, petróleo y gas pese a que sus habitantes (hombres y mujeres) viven en la miseria más absoluta bajo el yugo de la fuerza y la violencia.
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