Tres apuntes para cerrar la semana

En el ecuador. Llegamos al tramo final de la campaña y lo hacemos con la impresión generalizada de que el Partido Socialista se está desinflando a nivel nacional, que el Partido Popular es feliz con su 30% de votos más o menos y con la impresión de que su caída será mucho menor que la del otro gigante del bipartidismo, que Podemos está en fase de remontada y ya no se conoce su techo y que Ciudadanos iba bien hasta que en el debate a cuatro Albert Rivera, de tanto moverse a derecha a izquierda, acabó por despistar incluso a los que lo veían como referente del centro. ¿Pueden cambiar esas impresiones? Por supuesto que sí pero será a base de grandes sorpresas. Que éstas lleguen de la mano del debate del próximo lunes entre Rajoy y Sánchez es la única baza que en apariencia le queda a este último, mientras que el actual presidente y candidato a la reelección debe jugar a no arriesgar.

El principio de una nueva era. Suena a fin de bipartidismo, pero va de algo mucho menos trascendental. Y es que estamos en la cuenta atrás para el estreno de la nueva entrega de la saga cinematográfica de La Guerra de las Galaxias, que cambia de dueños al pasar de las manos de George Lucas a las de Disney y JJ Abrams. El cambio no es baladí: si las dos trilogías anteriores estaban pensadas para el gran público y para hacer dinero quizás la que menos se ajusta a ese patrón era El imperio contraataca, probablemente la mejor de todas, la entrada en juego de Disney y de un experto en vender lo suyo aunque sea más el celofán que el contenido como Abrams llevan a pensar que habrá otro éxito taquillero pero veremos qué legado deja para la posteridad esta resurrección de la Fuerza y el mundo Jedi. Dicho todo lo anterior y una vez enumeradas las pegas, que nadie dude de que el que suscribe estará en la cola de la taquilla. A fin de cuentas, después de tanto Rajoy, tanto Sánchez, tanto Rivera y tanto Iglesias, nada mejor que reencontrarse con el lado oscuro. ¿Porque quién no soñó con ser alguna vez Darth Vader?

Los negocios de Obiang. Al tiempo que en un juzgado de la capital grancanaria se investigan los negocios supuestamente ilegales del presidente de Guinea Ecuatorial y de su entorno, con la Fiscalía jugando un papel activo en el procedimiento, las empresas españolas y el propio Gobierno apuestan decididamente por la colaboración con aquél, haciendo oídos sordos, de paso, a las advertencias de la oposición de que el modelo ecuatoguineano se parece bien poco a una democracia. Es una más de las contradicciones del mundo en que vivimos, como la de rendir pleitesía a las monarquías árabes que dan todo tipo de facilidades a la financiación del Estado Islámico. ¿Llegará un día en que esto cambie? En su infinita ingenuidad, uno quiere pensar que sí, pero mientras queda una duda: ¿cómo se lo explicamos a los que son empapelados por contribuir presuntamente a los negocios de Obiang y no a quienes los favorecen? Como me contó alguien que dicen en un país sudamericano: «Ahí les dejo con la inquietud». opinion@canarias7.es

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