Tránsfuga, la figura política sin definir que todos niegan
El debate sobre el transfuguismo en el Cabildo rozó el absurdo político, convirtió el salón de plenos en un ring dialéctico cargado de adjetivos fuertes y evidenció que la demagogia, la memoria y la objetividad son relativas. Tras dos horas de ventilador y de y tu más, todos votaron a favor de condenarlo.
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La política supera a veces a la ficción, en ocasiones encuentra cauces de confluencia en donde la oratoria siembra descalificaciones y de vez en cuando convierte en unanimidad lo que parecía una pelea callejera de incierto final. Tales coincidencias se juntaron ayer tarde en el pleno extraordinario del Cabildo solicitado por PP y Unidos en contra del transfuguismo, una sesión de casi dos horas en la que la retórica alcanzó su grado más sublime en lo que va de mandato y los adjetivos descalificativos se elevaron por encima de la media cabildicia. La decisión de NC y PSOE de seguir gobernando con dos consejeros de Podemos pese a que su partido ha roto el pacto fue la diana en la que cayeron la mayoría de los dardos de la oposición. Tildados hasta la saciedad de tránsfugas por los portavoces de PP, Unidos y su propio partido aún, María Nebot y Miguel Ángel Rodríguez, acabaron pidiendo la palabra «por alusiones» pese a que los oradores de NC y PSOE insistieron en que, según la Ley de Cabildos de 2015, no lo son. Para Felipe Afonso (PP) «algo raro ha pasado» cuando un tripartito de 18 consejeros ha perdido a un socio con cuatro actas y se ha convertido en un bipartito «tramposo» con 16 votos. «Un Gobierno respaldado por el transfuguismo deja de ser legítimo», remarcó, destacando que los partidos que están ahora en la oposición lograron 182.000 votos en las urnas, frente a los 160.000 de los que gobiernan. Para José Miguel Bravo de Laguna (Unidos), aunque no habían sido expulsados de su partido Nebot y Rodríguez ya eran «tránsfugas de hecho» al recibir nuevas competencias. A su juicio, la Ley de Cabildos defiende «aislar y no premiar» a estas personas, advirtiendo de las posibles consecuencias de lo que cree «un fraude de ley». Miguel Montero (Podemos) dirigió el punto de mira hacia el presidente del Cabildo, Antonio Morales, al que calificó de «rompepactos» y «picapleitos». La responsabilidad última «es de quien corrompe». Le acusó de traicionar «la esperanza de cambio» y de querer «obediencia ciega a su proyecto personal». Carmelo Ramírez (NC) insistió en que en este mandato no hay transfuguismo porque sigue el mismo Gobierno progresista, el mismo presidente, «Nebot está en el mismo sitio desde el principio y Rodríguez está respetando la posición de Podemos aprobada en referéndum». Solo ha habido «un problema en el pacto firmado inicialmente». Llegó a decir que las puertas del Gobierno están aún abiertas para Podemos y no olvidó citar los casos de transfuguismo del mandato anterior, incluyendo a Bravo de Laguna en el lote. Ángel Víctor Torres (PSOE), dijo a PP y Unidos que «tienen una joroba muy grande para dar lecciones», la del mandato anterior, insistiendo en que los consejeros no adscritos que ya están en el Gobierno no son tránsfugas si se mantienen al ser expulsados de su partido. En su intervención, Nebot se mostró partidaria de ampliar el concepto de transfuguismo al terreno «ideológico y programático» y Rodríguez indicó que «Podemos está totalmente desestructurado por dentro». La moción, copia literal de la que NC llevó al pleno en enero de 2013, fue aprobada por unanimidad, entonces y ayer.
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