Susto sin consecuencias con Araujo

Con Araujo todas las atenciones son pocas. Basta con que muestre el más mínimo síntoma de molestia como para que se activen todos los mecanismos. Y ayer, en lo que estaba llamada a ser una sesión de transición a la espera de intensificar detalles, el argentino dio un susto mayúsculo.

Desde el club el mensaje es tranquilizador. «Está bien y jugará el sábado, todo ha sido una jugada sin consecuencias pero que pudo acabar muy mal», reconocían ayer. El caso es que Araujo cayó desplomado al suelo tras una acción fortuita y sus gritos de dolor paralizaron por momentos a todos los presentes en Barranco Seco. El ariete se llevó la mano rápidamente al tobillo izquierdo y raudo acudió a su encuentro el doctor del club, Diosdado Ríos Bolaños, cuyas manos obraron el efecto deseado. Tras tranquilizar al futbolista, el galeno aplicó el espray de rigor y todo volvió a la calma. Pero fueron instantes de honda preocupación por los gestos desgarrados de Araujo, a quien esta articulación ya ha dado algún problema en semanas anteriores.

El máximo goleador de la UD con nueve dianas en diez jornadas, se reincorporó a la dinámica grupal luego de ser atendido y completó el trabajo con aparante normalidad. Hoy se espera confirmar que, con el descanso pertinente, sus molestias han quedado atrás como así parece, toda vez que ayer ya abandonó el campo de entrenamiento sereno y sonriente, prueba de que todo quedó en nada.

cuidados continuos. Araujo es uno de los futbolistas que más mimos recibe por parte de los cuidadores del club porque, pese a que no se ha perdido ningún partido de Liga hasta ahora, sí ha tenido semanas marcadas por dolores de cierta relevancia. Mes y medio atrás, tras la visita al Santander, regresó a Gran Canaria con el tobillo izquierdo  vendado por las entradas recibidas y en otras ocasiones también ha sido resguardado por parte del cuerpo técnico para que evolucionara oportunamente de incomodidades físicas que le impedían ejercitarse de manera conveniente. Paco Herrera quiere que cada fin de semana salte al campo en plenitud porque, como reconoce el técnico catalán, un Araujo en su mejor versión le da a la UD un enorme diferencial con respecto a los adversarios. Los números así lo certifican. De ahí que cuando ayer le vio retorcerse de dolor cruzara los dedos.

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