Solidarios pendientes de un camión

Viernes, 17 de julio 2020, 09:03

El gesto de Borja, el niño que entregó sus ahorros para comprar leche a los vecinos más necesitados de su barrio, es un espejo: en él se reflejan las acuciantes necesidades de la población y la nula ayuda municipal para llevar la comida a los barrios. La falta de camiones tensa la solidaridad hasta un punto crítico.

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Con 50 euros al mes creo que tendríamos». El presidente de la asociación de vecinos Vega de San José-Cono Sur, Óscar Roque, cifra en esta cantidad lo que se necesitaría para llevar el alimento que Cruz Roja y el Banco de Alimentos entrega al barrio para llenar la despensa de más de sesenta familias necesitadas. La asociación se encarga del alimento, pero no tiene ninguna ayuda para el transporte. «Nosotros no somos ricos, sólo pedimos un poco de ayuda», añade.

El Ayuntamiento no la presta. Roque explicó que «en otros municipios, los ayuntamientos mandan camiones para ayudar a las personas necesitadas, pero aquí no». De hecho, en el pleno del miércoles, el grupo de gobierno local prefirió reforzar las subvenciones al Banco de Alimentos que abrir una línea de financiación para que los colectivos vecinales puedan llevar los productos que reciben desde esta organización hasta el punto de reparto. El argumento empleado es que así la distribución de alimentos resulta más ágil.

Renuncias. Pero los barrios no lo entienden así. «El transporte es imprescindible», explica Víctor Robaina, desde la asociación Guaxayra de Jinámar, que atiende a 379 familias, unas 1.200 personas, según sus cálculos. «Nosotros gastamos unos doscientos euros al mes en transporte», explica, «vamos pidiendo a la gente, tirando de un lado y de otro». De hecho, han renunciado a retirar alimentos de Cruz Roja «porque está muy lejos» y no pueden afrontar el gasto del traslado de la comida.

En este contexto, gestos como el de Borja Alonso Cabrera, el niño que vació su hucha para comprar leche a los vecinos de la Vega de San José, retratan una realidad y la respuesta institucional. La que ha dado el Ayuntamiento en este punto ha sido la de tratar de localizar al niño para «expresarle su reconocimiento por su conducta ejemplar, que viene a demostrar la solidaridad y el ánimo voluntario que mueve a los ciudadanos de la capital grancanaria», según explicaron ayer desde el Consistorio.

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El grupo de gobierno se conforma con saber que el local en el que la asociación de vecinos reparte los alimentos fue cedido por el Consistorio. «Una muestra de la colaboración del Ayuntamiento con esa asociación», explicaron las mismas fuentes municipales.

Sin embargo, la proponente de la creación de una línea de ayudas al transporte para los colectivos que reparten alimentos, la edil socialista Isabel Mena, considera que el Ayuntamiento se desentiende de los problemas vecinales. «El niño Borja pone rostro al debate plenario», explica la concejala, «la solidaridad vecinal es la que alivia la angustia de las familias y el Ayuntamiento no puede darles la espalda».

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