"Sin folclore no hay cultura"

"Un pueblo sin folclore, es un pueblo sin cultura", afirma Hans Leitón Gutiérrez, representante del Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folclore y de las Artes Tradicionales de Costa Rica (CIOFF) y director de la compañía de baile Tiquicia, que participa en el festival que se celebra en Ingenio hasta el domingo.

Se acerca la una de la tarde y ya se escuchan los sonidos de los tenedores sobre la mesa. El comedor que facilita el Ayuntamiento de la Villa de Ingenio y el Catering Carber, para los integrantes de los grupos folclóricos procedentes de Costa Rica, Ucrania, Egipto, Sicilia (Italia) y Benin, se convierte en un espacio para reponer fuerzas tras una larga mañana de visitas guiadas por los rincones del municipio. Cada esquina del salón esconde un idioma, una vestimenta, un gesto y una cultura. No hay silencio en la sala, algunos cantan, otros opinan sobre lo que han conocido de la isla e incluso hay rostros que ocultan el cansancio, después de una divertida noche gastronómica de Comidas interculturales y de actuaciones en la Plaza de La Candelaria.

"En nombre de Costa Rica y de todos los grupos folclóricos, agradecemos la hospitalidad brindada por los miembros de Coros y Danzas de la Villa de Ingenio, por los vecinos, los voluntarios y por el director del festival, David Castellano", explica Hans Leitón Gutiérrez, director del grupo procedente de Costa Rica.

No es el único que muestra su agradecimiento. "Nos gusta todo, la comida, el lugar donde nos han alojado, la organización, pero sobre todo, el respeto mostrado por todo el equipo que de forma voluntaria nos atienden día tras día", puntualiza Massimo Gabriele, presidente de la compañía italiana I Picciotti di Mataro. No obstante, algunos hubiesen preferido una distribución que les hubiese permitido estar todo el tiempo juntos. Y es que el interés por conocer las costumbres de los otros grupos genera el deseo de compartir no solo los escenarios y las zonas comunes, sino también las "veladas nocturnas", que según aseguró una joven componente de la compañía italiana, es el momento "en el que se más se hacen notar las tradiciones culturales".

Y tiene razón, porque según David Castellano, director del festival, "esta celebración no es solo un exhibición, es también un escenario de interrelación humana que desarrolla vínculos entre las culturas". Explica, como anécdota, que hace unos años un miembro de una compañía senegalesa se enamoró de una joven de Ingenio. Viven en el municipio y su hija baila en Coros y Danzas.

Temas

• Folklore