Reclamo a la supervivencia
Los problemas económicos con los que lidia día a día el CF Unión Peña son, en la actualidad, un mal compartido por la mayoría de los clubes de base en Gran Canaria. La entidad capitalina sobrevive gracias al empeño de una directiva que se niega a dejar morir un emblema instalado en el barrio de San José desde 1974.
Miguel Figueroa lidera el compromiso del club isleño. El hoy presidente del Unión Peña, junto a su fiel grupo de trabajo, no cesa en el empeño de mantener vivo un proyecto deportivo que está a punto de cumplir 40 años de vida siempre dedicado al fútbol de formación.
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Además del aspecto deportivo, la labor social que emana del club en el barrio es indudable. «En vez de tener a los niños tirados en las escaleras los tengo aquí entrenando», afirma el propio Miguel Figueroa.
Tras años de insistentes llamadas a las puertas de Ayuntamiento y Cabildo capitalinos, aunque a medias, la demanda de auxilio parece haber llegado a los responsables políticos.
«Lucas Bravo de Laguna se reunió con todos los responsables de los clubes de fútbol base a principio de semana, y la verdad es que salimos todos muy satisfechos porque su compromiso es firme y convincente», afirma satisfecho Miguel tras la confirmación, por parte del consejero de Deportes, de una subvención de 458.422 euros destinados a cubrir gastos de licencias a repartir entre los 125 entidades.
Aguarda ahora impaciente Miguel Figueroa la respuesta del Ayuntamiento, propietario de las instalaciones deportivas donde el club se entrena a diario: «No le pido dinero, sino que tenga en cuenta la petición que le hemos hecho durante dos años mediante muchos escritos reivindicando las instalaciones que por derecho creo que nos pertenecen, respetando siempre a los otros clubes, con los que podemos ir de la mano, como siempre hemos hecho», dice Figueroa.
En la actualidad, el Unión Peña cuenta con unos cien niños repartidos entre siete equipos. «Creo que entre todos debemos de buscar la fórmula para que el fútbol base siga vivo en este barrio», afirma Figueroa en fiel reclamo a una supervivencia por la que «un loco como yo lucha día a día para que este club siga siendo una realidad».
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