Patricia Hernández, la feroz opositora de las políticas del PP

Hace una década, en la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, Patricia Hernández obtuvo un escaño en el Senado representando a Santa Cruz de Tenerife. Fue una irrupción novedosa, con solo 24 años, la más joven de todos los que andaban por la Cámara Alta. Hernández aspirará ahora a presidir Canarias bajo las siglas socialistas con solo 34 años, después de haberse impuesto en las primarias con una trayectoria política más curtida en el Archipiélago como son los casos de Carolina Darias y Gustavo Matos.

Hernández, diplomada en Relaciones Laborales y Graduada Social por la Universidad de La Laguna, nació en Santa Cruz de Tenerife en 1980. Concretamente un 21 de febrero, por lo que ya habría cumplido los 35 cuando se celebren las elecciones autonómicas.

Política joven, implicada, dice, en la política social y de igualdad, suma una década de experiencia en la política nacional. Senadora durante toda la etapa de Zapatero, es diputada en el Congreso desde las elecciones del 20 de noviembre de 2011 que ganó Rajoy.

La política tinerfeña empezó muy pronto su actividad. Desde los 18 años está relacionada con la agrupación local de Santa Cruz de Tenerife, de la que es secretaria general desde 2013. Pero insiste mucho en que su currículo no se debe circunscribir a su actividad política, conocida especialmente desde sus controversias con Alberto Ruiz Gallardón en el Congreso. Hernández asegura que trabaja desde la mayoría de edad, que está relacionada con la problemática de su generación porque sabe lo que es trabajar con contratos basura término que considera desfasado y cobrando en negro.

Hernández, una devota de las redes sociales, acaparó titulares por sus enfrentamientos airados con el Partido Popular desde la tribuna del Congreso. De esta legislatura quedarán frases célebres, con rivales como Fátima Báñez o Gallardón en la diana. Con este último combatió a colación de la suspendida Ley del Aborto: «No se es menos mujer por no ser madre, ni se es más inteligente por ser ministro», le dijo. A Báñez la acusó de cercenar el futuro: «Le está haciendo la vida imposible a los jóvenes, que les está obligando a exiliarse», le endosó.

Entre los que buscan su desprestigio están los que subrayan que vive únicamente de aquellas trifulcas ante las cámaras. Entre los que están más próximos a ella, los que hablan de la energía con la que afronta cada proyecto. Ha convencido al socialismo de qué es la adecuada para presidir Canarias. Ahora le toca convencer a la ciudadanía. Quiere darle proximidad a su política, como recuerda que hizo en sus primeros años en la agrupación santacrucera, «con sus asambleas en las calles, en las plazas». Promete encarnar la regeneración que tanto desea el socialismo para volver a ser una fuerza política de gobierno.

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