"Nos faltan dos pasitos para ser un gran festival"
El responsable de Colorado Producciones y director del Festival Canarias Jazz & Más hace balance de los 20 años de vida de la cita musical. En estas dos décadas, el evento se ha ganado el apoyo del público y cierto reconocimiento en el mundo del jazz, pero aún quedan metas por alcanzar.
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¿Cómo surgió el Festival? Surge por la necesidad como músico y aficionado de normalizar la escasa oferta que había de jazz. Los pocos aficionados que había tenían que emigrar a la Península o a Europa si querían ver algo de nivel, y a nosotros nos llegaba a cuentagotas. Después de hacer un concierto solidario con el Sáhara, al que traje grupos de la Península, y de haber hecho un par de festivalitos de jazz, se me brindó la oportunidad. Se me dijo: ¿Qué te gustaría hacer? y dije: un festival de jazz. Fue por necesidad. ¿Ha sido difícil cumplir 20 años? Cumplimos 20 años y sigue siendo muy difícil. Menos que al principio, porque tiene un apoyo importante del público y parece que el Festival de Jazz de Canarias empieza a tener reconocimiento en todas las entidades culturales y los medios de comunicación... Es un evento que ya se espera, pero todavía el Festival no ha llegado a puerto, a donde tiene que llegar. Sigue siendo muy difícil, porque las circunstancias, la crisis, está ahí y a todos nos toca. Este año nos ha golpeado muy fuerte. Pero podemos estar felices porque mantenemos el festival y las cosas no salen porque sí, sino porque hay un equipo de gente detrás perseverante, con ilusión, convencidos de que esto es algo bueno para la sociedad. Quizás nos faltan dos pasitos. ¿Para tener proyección exterior? Recuerdo que hace 18 años iba a Nueva York y a Londres para presentarme en el corazón del jazz, donde están todos los artistas y reúnen todos los festivales, y darnos a conocer ahí. En estos años, hemos conseguido estar en las agendas, tanto de distribuidores, como promotores, como músicos. Se nos respeta mucho dentro de los festivales del país, aunque les envidio a algunos ciertas cosas. Los más importantes son los de San Sebastián, Vitoria, Madrid, Barcelona y San Javier. Madrid y Barcelona se hacen en invierno y en verano hay una veintena de festivales. Nosotros siempre estamos entre los cuatro primeros en cuanto a contenidos, reconocimientos y críticas. Tenemos grandes diferencias con San Sebastián. ¿Cuáles? Tiene un presupuesto mayor y se hace durante solo cinco días en tres espacios de una ciudad plegada al festival. Los hoteles y los restaurantes se llenan, la comunidad, a través de su oficina de promoción, promociona todo el año el País Vasco y sus festivales, junto a sus atractivos turísticos. Los festivales son herramientas para atraer visitantes... Eso todavía aquí nos cuesta entenderlo. Nosotros hacemos diez días en Gran Canaria, otros diez en Tenerife, vamos a La Palma, Lanzarote y Fuerteventura, con lo que esto significa: tener equipos de sonido y producción en cada isla. Le sacamos mucho partido al presupuesto que reunimos cada año, porque el festival no tiene un patrocinador, sino apoyos del Gobierno, de los cabildos, de empresas, como Heineken, de instituciones semipúblicas, como Casa África o La Caja, pero todas son pequeñas aportaciones. Falta un pasito, no muy grande, para pensar en vender el festival fuera. Nos hemos acercado al turismo, pero la idea fue hacer un festival de verdad, arropado por la gente. Una vez ya lo tenemos, podemos empezar a pensar en exportarlo.
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