Mujeres
Este proceso de reconstrucción histórica de la política tiene en Canarias una imagen especial: por primera vez, cuatro nombres femeninos ocupan el primer lugar de la papeleta electoral de las seis formaciones a las que los sondeos otorgan presencia parlamentaria después del 24 de mayo. Una de las lecturas más sensatas respecto a la coyuntura, improbable no hace mucho tiempo, la expresó Noemí Santana, candidata de Podemos a presidir Canarias; daba prioridad al hecho de que el Archipiélago sea presidido por alguien con capacidad de gestión, sin mirar su género.
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La reflexión es acertada. Y acotando el tiro a otros aspectos, incluso se podría utilizar para las ideologías. Canarias de lo que realmente está necesitada es de buenas prácticas políticas, de que sus órganos tutelares no sean controlados por agencias de colocación e intercambio de roles. Sino por gente preparada y comprometida.
Es indiferente que sean hombres o mujeres. Hacen falta buenos políticos. Pero sí que parece que en esta sociedad, que presume de haber abandonado corsés primitivos, el cliché machista está aún presente. Incluso desde cierta parte del columnismo ilustrado.
Es fácil llamar tontas a Patricia Hernández o a Noemí Santana. Poner en entredicho la armadura intelectual de sus líneas discursivas. Igual, desmenuzadas sus capacidades argumentales, sus contenidos no superan un análisis riguroso. Pero, por ejemplo, no parece que Fernando Clavijo sea tampoco heredero de la magnificencia carismática de Churchill. Y a este nadie le ha llamado estúpido a la ligera, a pesar de su voz monocorde y su huidiza mirada hacia sus zapatos. Así se siguen masticando las cosas en esta Canarias rústica, en la que como muestra de nivel, siempre gana Coalición Canaria.
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