Los intelectuales se rebelen contra la parálisis política del Líbano
EFE
Martes, 21 de julio 2020, 20:55
Hastiado de la parálisis institucional y de la degradación de la situación en el Líbano, el abogado Shibli Mallat decidió movilizar a un grupo de intelectuales para presionar a las autoridades a que tomen cartas en el asunto y respeten la Constitución en un país que lleva desde 2014 sin presidente. Mallat formó hace un mes el movimiento "Líbano humanista", junto con el sociólogo Saud el Maula, el profesor universitario Antoine Curban y el joyero y activista Selim Muzanar, que ya piensan en convertirse en alternativa política. Decidieron recurrir a la sociedad civil para denunciar la inconsciencia de los responsables políticos, a los que acusan de burlarse de la Constitución por llevar desde mayo de 2014 sin elegir presidente. "La Carta Magna es el único medio para cambiar las relaciones entre los ciudadanos y alejarlos de las crisis regionales. No hay que utilizarla de modo perverso", explicó a Efe Mallat. Este abogado, como muchos otros libaneses, atribuye el fracaso en la elección de un presidente desde hace dos años y medio a la rivalidad entre Arabia Saudí e Irán, países que ejercen una gran influencia en los dos principales bloques políticos en el Líbano. Por ello, en una manifestación esta semana en Beirut para pedir a los libaneses que se "reapropien" de la Constitución, Mallat no dudó en gritar junto a sus compañeros "ni persas, ni saudíes". "Sin la elección de un presidente no hay república y la situación que vive el país no puede cambiar", agregó el letrado, para quien la solución es simple: "no hay que interpretar la Constitución sino aplicarla". De la misma opinión es Curban, quien dijo a Efe que interpretar la Constitución corresponde a los eruditos, y no a los diputados o al gobierno. "Deben ejecutar sus textos o devolvernos sus salarios", espetó indignado, en alusión a que el Parlamento ha renovado su mandato en dos ocasiones pese a estar paralizado. Los artículos de la Constitución estipulan que en caso de vacío presidencial por muerte, dimisión o cualquiera otra causa, el Parlamento se convierte en un órgano electoral que debe elegir, sin plazo ni debate, un jefe del Estado. El Parlamento libanés ha celebrado 43 sesiones a ese efecto, pero solo hubo votación en la primera, cuando ninguno de los tres candidatos obtuvo el voto de las dos terceras partes de los 128 diputados. En el resto se sesiones, se dio falta de quórum por el boicot de los diputados de las Fuerzas del 8 de Marzo, lideradas por el grupo chií Hizbulá. Para Mallat, la exigencia del 8 de Marzo de que el único candidato sea el general Michel Aoun "equivale a la elección de un dictador con el 99 por ciento de los votos". "Significa el fin de la democracia", subrayó el fundador de "Líbano humanista", cuyo nombre viene de la visión política de sus miembros. Curban afirmó que el grupo considera que "el hombre es el eje de la vida, que se deben respetar los derechos humanos, el espíritu de apertura y la convivencia". "Líbano humanista" ha empezado además a contactar a otros movimientos de la sociedad civil y personalidades independientes para poder formar una lista común de 128 candidatos a la diputación, cuyas elecciones están previstas en junio de 2017. Respondiendo a la llamada del movimiento, se unió el escritor Sharif Majdalani, quien declaró a Efe que "llegó el momento de que los diputados sean conscientes de que deben aplicar la Constitución y elegir un presidente". "Sabemos que el movimiento no dará resultados inmediatamente, pero esperamos que poco a poco crezca como una bola de nieve y que en un futuro un millón de personas se manifiesten exigiendo el respeto de la Constitución", subrayó. También insistió Mona Shamas, vestida con chador (velo negro y largo) y miembro de una asociación del desaparecido imán chií Musa Sadr, en la importancia de la Carta Magna. Pese a su arraigada fe, Shamas reniega de la influencia de los distintos grupos religiosos en el país, que se reparten los principales puestos políticos, y considera que sólo la Constitución trata a los ciudadanos como "seres humanos". Para esta mujer, la aplicación del texto constitucional es la única forma de acabar con la división en el país y construir "un Estado laico y democrático que una y no separe".
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