Líbano: con el alma en vilo..
Un país al que vuelve lenta pero inexorablemente el espectro de la guerra civil, con el ánimo suspendido y una buena mitad de sus ciudadanos transidos de dolor, entierra hoy a Pierre Gemayel, ministro, diputado y heredero de una dinastía política asesinado el martes por desconocidos. Algunos periódicos locales se preguntan abiertamente si hay vida para un Líbano independiente y seguro o si se está en el final de un trágico proceso que puede desembocar en una evaporación del Estado y el principio del fin del Líbano que pasó de región otomana a colonia francesa y a país independiente hace más de tres cuartos de siglo, aunque todos los gobiernos sirios hayan entendido que fue amputado de la Siria histórica por decisión de París.
Enrique Vázquez
Lunes, 20 de julio 2020, 07:59
Esa polémica, históricamente sostenible y que explica la existencia de un coriáceo campo pro-sirio, es relevante en términos políticos, pero no puede autorizar por vía de hecho el recurso a una serie de asesinatos que, siendo las víctimas invariablemente antisirias, hacen girar las miradas de sospecha hacia Damasco. Hoy abundan las opiniones que no ven lógica una implicación siria cuando el régimen de Damasco recoge ciertos beneficios políticos y diplomáticos por el desastre iraquí y su alianza con Irán y se ve prácticamente solicitado como un agente insoslayable en todo nuevo orden regional. Racionalmente, a Siria no le convenía un homicidio tan explícito en la persona de una persona con un apellido semejante. Pero eso no excusa, además de la sospecha, una responsabilidad de fondo con el principio de la crisis, con su decisión -percibida como un error incluso por los amigos de Siria- de imponer, con un parlamento que iba a cambiar con las elecciones del año pasado, la prórroga del periodo presidencial del general Emile Lahoud. Siria debió retirar del país sus fuerzas armadas y de seguridad ante el clamor tras el asesinato de Rafic Hariri, pero no ha sabido poner ese proceso al servicio del conjunto de sus intereses globales. Tales intereses pasan por la recuperación de credibilidad en Washington si se desea una presión sobre Israel para negociar la eventual recuperación de los Altos del Golán. Crecido por la gran prestación de su socio, el Hezbollah libanés, frente a Israel el verano pasado, es como si Damasco no hubiera podido contener una cierta euforia ahora que medio mundo dice que, como Irán, es un factor ineludible en la región. Los sirios se apuntarían un tanto de oro si pudieran hacer una de estas dos cosas, o las dos a la vez: a) obtener de Hezbollah la cancelación de sus previstas marchas callejeras en pro de un cambio de gobierno, previstas antes del asesinato; y b) aclarar la autoría del homicidio.
Regístrate de forma gratuita
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión