Las mujeres podrán bautizar y casar, pero nunca acceder al sacerdocio

El profesor de Teología Histórica de la Universidad de Navarra, Juan Antonio Gil-Tamayo, ha explicado este viernes que la posibilidad planteada por el papa, de que las mujeres puedan ser diaconisas, las permitiría bautizar o casar, pero nunca acceder al sacerdocio, ya que es algo que sólo corresponde a hombres.

Durante una audiencia concedida este jueves a la Unión Internacional de las Superioras Generales, el papa Francisco anunció su intención de crear una comisión que estudie la posibilidad de que también las mujeres puedan ser diaconisas.

"Con esto no se puede entender que se abre una vía para que la mujer acceda al sacerdocio, sino que el papa quiere dar un protagonismo mayor a la mujer en la Iglesia", ha explicado a Efe este experto en Teología.

La figura de las diaconisas existía en la iglesia antigua, hasta el siglo VIII, pero las funciones que desempeñaban estas mujeres "no están claras", según este experto, que se remite a testimonios de los siglos III y IV que aludían a la administración de bautismo por parte de estas mujeres.

En esa época, el bautismo se realizaba por inmersión a hombres y mujeres y se celebraba en baptisterios -como las piscinas- en las que entraban desnudos.

"Precisamente por mantener esa decencia los diáconos era los que recibían a los que se iban a bautizar dentro del agua, para distinguir hombres y mujeres, y esas funciones las podían hacer mujeres", ha explicado.

También la atención a la caridad, a viudas, era realizado por mujeres.

"Lo que no encontramos nunca es la celebración de la Eucaristía, la presidencia de las comunidades o la administración de penitencia -confesión-. No encontramos ninguna referencia", ha asegurado.

Esa función empieza a desaparecer en el siglo VIII porque ya no hay tantos bautismos de personas adultas.

Juan Antonio Gil-Tamayo cree que establecer un paralelismo entre lo que ahora entendemos como diáconos y las funciones de las diaconisas en la Iglesia antigua no es posible hasta que no se estudie a fondo "porque no sabemos qué funciones tenían".

"Lo que sí está claro en la Iglesia es que el orden sacerdotal sólo corresponde a hombres y eso no lo puede cambiar nadie, ni el papa, porque está establecido por Jesucristo, que eligió varones", ha advertido.

Lo que "no quiere decir que la mujer no tenga una función directiva o de Gobierno" dentro de la Iglesia, ha matizado.

Así, ha especificado que las funciones del diácono son la de administrar el bautismo -algo que también puede hacer cualquier cristiano en circunstancias excepcionales- ser "testigo cualificado" en las uniones matrimoniales y el ejercicio de la caridad y la atención a los pobres y necesitados.

También pueden predicar las palabra de Dios, presidir las celebraciones litúrgicas, pero no celebrar la Santa Misa ni administrar la confesión ni el sacramento de la unción, que está reservado sólo para los sacerdotes.

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