Del Magnetofón al CD
Cayetano Sánchez
Lunes, 20 de julio 2020, 12:16
En septiembre de 1998, un año antes de su fallecimiento, Alfredo Kraus grababa en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna Marina zarzuela fetiche del tenor junto a Doña Francisquita acompañado por María Bayo y Juan Pons, entre otros, con la Orquesta Sinfónica de Tenerife. Sería éste su último registro sonoro y el tercero de este título de su amplia nómina de grabaciones, algunas de ellas unos auténticos tesoros discográficos, pese al vacío sonoro existente entre los años 1966 y 1977, un silencio que ha privado a muchos de conocer la reconocida mejor época del tenor, en la que se unieron la frescura de su voz y la madurez intelectual para conmover al gran público.
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Para conocer el sonido de Kraus en ese tiempo habría que recurrir a registros piratas, recogidas en actuaciones en vivo, que tanto disgusto o satisfacciones han dado a numerosos intérpretes líricos. Precisamente, el primer documento sonoro de Alfredo Kraus que se conoce es una grabación realizada clandestinamente en magnetofón, en 1954, en el Teatro Pérez Galdós, con un aria de un título que nunca incluyó en su repertorio, por lo poco apropiado para su voz, I Pagliacci de Leoncavallo.
Indagar sobre la discografía de Kraus es una caja de sorpresas en el que uno se puede encontrar de casi todo: desde boleros hasta canciones con la tuna, pasando por sus incursiones en la música canaria, con Sombra del Nublo como la más emblemática de todas, aparte de diseños de carátulas indescriptibles o sellos discográficos que son parte de la historia, como Montilla Obra operística
Anécdotas sonoras aparte, Alfredo Kraus llevó al disco la mayor parte de su operística, cuya relación sería interminable de enumerar, pero por citar sólo algunos de sus personajes emblemáticos, conviene resaltar: La Fille du Régiment (Donizetti). EMI. A. Kraus, J. Anderson, M. Trempon. Orquesta y Coro de la Opera de París; Lucia de Lamermoor (Donizetti) EMI. A. Kraus, E. Gruberova, R. Bruson. Orquesta y Coro Philarmonia; Romeo y Julieta (Gounod) EMI A. Kraus, C. Melfitano, G. Quilico, J. Van Dam, G. Bacquier: Orquesta Coro del Capitole de Toulouse o; Werther (Massenet) EMI. A. Kraus, T. Troyanos, M. Manuguerra. Orquesta Filarmónica de Londres.
Resulta obvio que se señale que de la mayoría de estos títulos realizó más de una grabación, hasta alcanzar casi el centenar de óperas completas, en la que no faltan otros autores como Verdi, Rossini o Mozart, sin olvidar por supuesto las grabaciones de zarzuelas completas, extractos y recopilatorios de arias operísticas, canciones napolitanas, canciones de Tosti, canción española, canción francesa con piano, rarezas con orquesta, canciones populares o el Cancionero Hispánico de Salvador Ruiz de Luna
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No resulta sencillo encontrar unanimidad sobre cuáles de estas grabaciones son las más destacadas, más en un caso como el de Alfredo Kraus. Su voz, al margen de ser considerada por unanimidad como única y extraordinaria, no se libra de la pasión ciega que por ésta sienten sus fervorosos admiradores, devoción que a veces impide analizar los hechos con objetividad, algo de lo que no es escapan sus discos. Partiendo de esa subjetividad, al parecer existe consenso en señalar que sus registros más destacados son los realizados junto el director Michael Plasson en obras del repertorio francés, principalmente de Werther, el personaje más reconocido de Kraus. De referencia está considerada la grabación realizada en 1962 por el director de orquesta austriaco Karl Böhm del Cosi fan tutte de Mozart, en la que el tenor grancanario interpretaba el personaje secundario de Ferrando, junto a las voces de Schwarzkopf, Ludwig, Taddei, Steffek, Berry y la Philharmonia Orchestra.
Otro soporte destacado sería el Falstaff de Verdi, bajo la batuta de Solti, donde coincide por primera vez con la que a partir de entonces sería una de sus más asiduas compañeras de escena, la soprano Mirella Freni.
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De todos es conocida la reticencia de Alfredo Kraus con respecto a la popularización de la ópera mediante recitales masivos, donde la voz sin apoyos es reemplazada por la amplificación electrónica, en una clara referencia al extinto fenómeno de los Tres Tenores Ello no le impidió, como se ha visto, adentrarse en el repertorio popular de canciones hispanas y latinoamericanas o napolitanas, y tal vez por ello encontrar registros en soporte DVD no es muy frecuente en su carrera, aparte de las grabaciones realizadas de óperas en teatro o recurrir a archivos de televisión.
Su única incursión cinematográfica, no demasiado afortunada por la calidad del producto, fue la biografía cinematográfica Gayarre, en 1958, tal vez un intento fallido de convertir a Kraus en el Mario Lanza español.
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Por lo que respecta a nuevos CD, en el 2006, tanto una hija como la hermana del tenor, presentaban en sociedad tres discos que compilaban piezas operísticas grabadas por el tenor en 1975 con la Orquesta Manuel Falla, integradas por arias francesas e italianas que incluyen piezas de Bizet, Massenet, Giordano y Ambroise Thomas, entre otros.
Estas sesiones de ámbito privado alcanzaron la categoría de editables gracias a los avances de las grabaciones digitales, hecho que hace pensar, y sospechar, que pronto nuevas grabaciones inéditas de Kraus saldrán al mercado bajo el sello de la novedad.
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Quién sabe si registros realizados con magnetofones o cassetes alcancen pronto esa misma categoría, y es que ya se sabe: la voz de un cantante no muere cuando éste desaparece físicamente gracias a las grabaciones. El negocio tampoco.
Hace unos días que se acaba de editar un doble álbum titulado Una voz universal (EMI), que incluye arias de ópera y zarzuela, dúos con cantantes como Montserrat Caballé, María Callas, Pilar Lorengar, Renata Escotto y Beverly Sills, entre otras grandes voces, además de un libro que repasa su vida y su trayectoria.
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